Un par de historias místicas

Andrés Rozada Diego Fernández

Un antihéroe 

Un antihéroe que caza a los ladrones de los cajeros, porque actúan bajo sus propias motivaciones y siembran el desconcierto en la industria de la economía. 

Pero cuando los ratas dejan momentáneamente de robar, él se encarga de llevara cabo los golpes y robos contratado por los bancos. Es el tipo que alimenta el miedo de las campañas de proteger tu dinero con un pequeño seguro activado desde el cajero.

Millones reditúan al banco con cada asalto en una nueva colonia, pero si la tasa comienza a subir en cierta zona, el rata come ratas sale a las calles y se deja asaltar como carnada, y luego ¡pam!

 

El grito de los gallos

El grito lastimero de los gallos,
Asemeja el mundo a su alrededor,
Y resulta casi una advertencia,
Para el resto de las aves.

 

El bar temporal

Hacer un bar temporal colado en obra. Varillas preparadas durante un colado que se van a cortar después. Lo preparas durante meses. Cuelas un jueves, cimbra propia, todo mundo se va a dormir, y el sábado descimbras con carpinteros de confianza. Empedas con los amigos y en la tarde destruyes con cinceles. Pensar en la app de seguridad. Explorar esos límites, acotarla para hacerla accesible a todo mundo. Segura y masiva. Dependiente de esas 2 variables.

 

La eutanasia vehicular

El mecánico en jefe te da la mala noticia, no hubo nada más que pudiéramos hacer. La pérdida en tiempos del encariñamiento con un vehículo inteligente con el que se comparten grandes momentos.

 

Un pequeño acto vandálico

Llevar un coche a punto de descomponerse, una carcacha a verificar. Al entrar en la fila ppal se baja uno con las llaves, sale a la calle y se va. Dejando olvidada la carcacha, provocando un desmadre en el verificentro.

 

— por Andrés Rozada Diego Fernández