Documento madre del Origen y la Cura

Romy + Guillermo

El origen de este virus comparte las maravillosas teorías redditeanas de que el génesis de la Pandemia es un acto de guerra man-made, como una especie de jugada de ajedrez en la cual se sacrifican algunos peones para desestabilizar a Estados Unidos, desestabilizar a Nueva York y terminar con la hegemonía de la OPEP. Y esto también se alinea perfecto al timeline y threads del dark-deep-web de Reddit en el que increíbles fans de Star Trek señalan similitudes hyper precisas entre los acontecimientos mundiales incluyendo la explosión de Krakatoa y la Pandemia y declaran que ya es seguro que va a haber una guerra Mundial en el 2037 ya que todo ha sido casi exactamente igual a la trama de la saga. ¡Ah! Y que Covid sólo fue el equivalente a Franz Ferdinand. Nosotros creemos que la solución de Mistic sería más bien algo práctico. Él estaría pensando en un espacio arquitectónico perfecto para que la ventilación perfecta se combinará con un diseño espacial asoleado y clarísimo en sus límites para que así él y Gini pudieran compartir mezcal con los amigos sin miedo a contagiarse y manteniendo distancia. Y no tanto una solución pero la creación de herramientas loquisimas para salir a la calle sin tener que tocar nada. Abrir todo con un palito abre/cierra puertas lleno de gadgets y artefactos de distanciamiento radicales y de otro mundo. Volviéndose él así una especie de Chuck Norris de la Pandemia. <3

Steph Janaina

Para entender los orígenes del COVID-19 es importante analizar el futuro. En el futuro los gatos -estos alienígenas que siempre han vivido entre nosotras y que tomamos como animales de compañía aunque en realidad están aquí para observarnos y juzgarnosdominan la tierra. El COVID-19 no es más que una manifestación de ese futuro que vino a enseñarnos un par de lecciones felinas esenciales:
– nada bueno puede salir de un vegetariano (los murciélagos)
– “vivir una vida encerrada en casa, ¡ahora saben lo que se siente cabrones!”
– en el futuro faltará agua, así que estos tiempos son para aprender a auto-lavarse (¡lámete!) y empezar a hacerse a la idea que no puede ser tan malo ir al baño en una caja de arena

Garro

Muy pocos gobiernos y empresas de biotecnología lo sabían. Manipularon la información para hacernos creer que la vacuna era lejana. Nos dejaron consumir poco a poco, hasta que el virus se extendió como la peste negra de la que fuimos testigos. La piel de mis camaradas de resistencia se endureció con ese líquido de entrañas que salpican los contagiados. Si tan sólo nos hubieran dado una pista. Si tan sólo nos hubieran dicho que la cura a esta pandemia se encontraba en la sangre de Charlton Heston. 

Branko

Gracias a informes recientes podemos asegurar que todo surgió de manera horizontal en una granja industrial de cerdos cercana al brote de la pandemia. Allí, el desprecio colectivo al humano llegó a una masa crítica que llevó a los porcinos a confabular un plan de ataque al que luego se le sumaron otras especies en descontento. Si queremos sobrevivir tenemos que actuar ahora, alejarnos de especulaciones y aceptar la verdad. Esta pandemia es la primera acción coordinada de un movimiento mundial liderado por algunas especies animales para liberar al planeta del humano. Desconocemos la totalidad de las especies involucradas en gestar enfermedades virales y sus métodos pero tenemos que asumir que el covid-19 es solo una prueba y uno de los virus que han logrado desarrollar, al que seguramente le seguirán otros más contagiosos y mortales. La fuerza de los animales está en su diversidad, y es tal, que si actuamos en su contra seguramente fallaremos. Nuestra única posibilidad es apelar a su perdón y misericordia. Así que, es indispensable liberar a todos los animales de granja y hacer todo lo que esté en nuestras manos para elevar su estilo de vida hasta su completa satisfacción y mantenerlo. Por su puesto, dejar de comer carne. El consenso general es que los murciélagos, con su chillido en alto tono imposible de escuchar para los humanos pero imposible de ignorar para la mayoría de los animales, son los voceros que le dieron fuerza al movimiento y seguramente los que propagaron información necesaria para que se pudiera desarrollar el virus. Si bien no estamos seguros de esto, el ser los kamikazes portadores de la enfermedad los hace mártires y por lo mismo los principales sospechosos. Por ende, es importante abandonar áticos, iglesias, bodegas y otros espacios similares a su disposición, a la vez que destruir todas las piezas de cultura popular en donde se habla mal de ellos. Cabe destacar que la creencia de que los autores intelectuales son delfines, pulpos, elefantes y/o otros animales que popularmente se consideran inteligentes no tiene fundamentos reales y propaga ideas que ponen en riesgo los esfuerzos de conciliación.  Por otro lado, las características de contagio del virus sugieren que sus desarrolladores tuvieron acceso directo a información detallada sobre el comportamiento humano, probablemente proporcionada por las mascotas. Lo gatos son los principales sospechosos pero de igual manera le imploramos a la población acatarse a todas las peticiones de los animales de su hogar, por absurdas que sean. Finalmente, no sabemos que otras especies puedan estar en nuestra contra por lo que es pertinente tratar a todas las especies con el mayor respeto posible, no verlos directamente a lo ojos ni mostrarles los dientes, rogar por su perdón y esperar que nos se sumen más al movimiento.

Ana Paula Goyenechea

Las teorías del origen del Coronavirus son muchas, y lo que me incomoda, es que la mayoría de las personas, hacen caso a lo que los Doctores, Políticos y Medios comentan sobre él. Yo, en cambio, decidí investigar un poco más. Todos tienen una opinión, y me queda claro que un niño al que le encanta el fútbol y tiene 8 años, me ayudará a encontrar este origen.

Después de 5 horas debatiendo sobre los nuevos fichajes del Barça, del último partido que jugaron contra el Real Madrid (por cierto, jugamos mejor que nunca. Messi jugó un partidazo..obvio) justamente antes de que todos nos quedáramos confinados en casa, todo hizo sentido. Y ahí es cuando porfin me comparte su teoría: <<¡Ahí empezó todo! Yo vi cómo durante el partido, los aficionados del Real Madrid se ponían coronas pensando que eran los REYES DEL MUNDO. Pero todos parecían como borrachitos, algo malo se metió en ellos porque cada vez gritaban más y más, y las coronas no dejaban de crecer. Y luego, cuando empezó a llover súper fuerte, les cayó un rayo (así como cuando los power Rangers gritan “mórfosis” y se convierten en Power Rangers), y todos se empezaron a enfermar. Pero no solo les pasó a los que estaban ahí en el estadio, también a todos los que estaban viendo el partido..y ya sabes que a mucha gente en el mundo les raya el Real Madrid. Creo que fue como una venganza, no sé, es que no está padre eso de sentirse los reyes del mundo ¿no?

Y bueno, yo creo que Messi va a ayudar a que la gente se cure y a que todo esto se acabe…ya sabes, va a jugar muchos partidos y todo el dinero que va a tener se lo va a dar a los doctores para que ya acaben con todo esto. ¡Y también Pablo Barrera! Ya sabes, el número 8 de los Pumas va a hacer lo mismo. Y es que el 8 es mi número favorito, al igual que el tuyo ¿no? Además, mi papá vive en la estrella 8. Este número es de la buena suerte. Puede ser, todo es posible, este mundo es tan impredecible y tan místico, que cualquier teoría del Coronavirus resulta creíble.

El trapo 
un texto de Santiago Fernández inspirado por las grandes historias de Andrés Rozada.

Cómo empezó: El laboratorio de infectología de Wuhan estaba obsoleto. El laboratorio no cumplía con los nuevos estándares de construcción para edificios de seguridad nacional, instaurados por el partido apenas un año atrás. El director Woo por fin se decidió a iniciar los trabajos de remodelación, iniciarían con la nueva red de Protección Contra Incendio. China Construction Ltd. fue asignada con el contrato. Era un domingo por la mañana, pues no podían entorpecer las operaciones del laboratorio, cuando llegó el equipo para iniciar con los trabajos. Mientras un equipo iniciaba con las preparaciones de la tubería afuera del edificio, la cuadrilla de Ming y su ayudante Qiang entraban al laboratorio para comenzar con los trabajos de la nueva red contra incendios que debían instalar. Como buenos albañiles que eran, no tardaron ni 15 minutos en montar la sacacorazones para comenzar a perforar las trabes por donde pasaría la tubería nueva. Qiang le preguntó a Ming si podría llevarse algunos corazones para su casa para usarlos como adornos, pues esos corazones eran de los buenos, de 12” de diámetro… Media hora más tarde, habían terminado con la primer trabe, quedaban 19 más.

Cuando estaban perforando la doceava trabe, escucharon un ruido que les heló la sangre, como si el edificio estuviera sufriendo, estaba agonizando. Cuando volvieron la vista atrás, vieron horrorizados como las trabes que recién habían perforado, comenzaban a fallar con sendas grietas a 45º a cada lado del corazones recién extraídos. Ming volteó a ver a Qiang, quien tenía el rostro desencajado de terror y le pregunta:
– “Qiang, en qué pasillo estamos?” a lo que contestó el aterrorizado ayudante:
-“En el pasillo #6 jefe…” contesta dudoso
No había terminado la frase cuando el laboratorio comenzó a colapsar. Los dos alcanzaron a ver como el área de mayor riesgo de todo el laboratorio, donde almacenaban las cepas de virus más peligrosas se les venía encima… Qiang con la poca experiencia que tenía, había interpretado mal el plano, tenían que trabajar en el pasillo #9….

Beckman
Garnachas de Rhinolophus Ferrumequinum

No podía ser menos de esperar. Si el mundo fuera a colapsar a tal punto que naciones enteras tienen que recurrir a romper el cochinito para salvaguardar la economía… Tendría que ser influenciado por algún personaje que se compare con los grandes Héroes de los comics. Pero un personaje con fuerza infinita y optimismo inagotable no era suficiente… 

Tendría que ser obra de un personaje sombrío que logra ver con su agudez mental todos los cánceres del mundo. Conociendo a detalle: todos los vestigios de lo que la humanidad alguna vez fue, los grandes ideales en base a los cuales se forjaron imperios y sociedades actuales, el avance de la ciencia y la tecnología, y al mismo tiempo un personaje que entiende la debilidad mental, las carencias, los vicios y la inmadurez de las nuevas masas. Por ello, este personaje no tiene ninguna simpatía por el éxito de la humanidad.  De entre todos los Héroes de los cómics sólo Batman puede llenar esos zapatos (habiendo sido testigo y víctima de crímenes desde la infancia). 

Aquel señor que se encuentra sobre una de las gárgolas de su rascacielos, observando al horizonte y perfectamente consciente de todos los vicios que acontecen ahí debajo de la neblina que esconde a la ciudad Gótica.

A finales del año pasado, este hombre murciélago toma vida, se sale de los cómics y aparece entre las calles. Esperábamos ver al rey de las tinieblas corriendo vertiginosamente manzanas enteras rodeadas de edificios elegantes, cruzando el humo de vapor de las coladeras de la ciudad en un ambiente frío y obscuro. Siempre desafiante, y sin poder esconder el asco y repugnancia que le causa ver aquellos hombres viciosos que le abren paso y se esconden cual ratas en las alcantarillas. Pero evidentemente este estereotipo no encajó con este personaje; lentamente… bastante lentamente…  aparece un señor, chaparro, panzón y de ojo rasgado. Su voz tampoco era tan temible ni tan calculada como se ve en las películas, al contrario, su voz era bastante aguda y cuando hablaba lo hacía tan rápido que era inentendible.

La ciudad Gótica tampoco encajaba con el entorno que caminaba este temible señor murciélago; el vapor no salía de las coladeras, sino más bien emanaba de las ollas de todo el hervidero de los múltiples puestos amontonados del mercado. Nuestro querido Batman, resultó ser glotón y garnachero, y su sofisticado equipo consistía en ollas, utensilios de cocina y su nuevo celular Ay Güey. Su debilidad más grande eran las exquisiteces exóticas como el dumpling relleno de ala de murciélago acompañado del no tan jugoso caldo que se hacía con el resto del cuerpo del murciélago. 

Al terminar de disfrutar esa delicatessen, el señor murciélago se re-ajusta el cinturón y escupe a un lado, seguido del eructo más temible que la ciudad de Gotham jamás vio en ninguna de sus miles de copias de comics. El daño estaba hecho, con su calculado eructo el señor murciélago lanzó su castigo a la sociedad viciosa y detestable que lo rodea. 

El gran señor murciélago y panzón, el señor de Rhinolophus Ferrumequinum ha hecho justicia.

Javito

Después de meses de investigación, descubren cómo la CDMX logró erradicar la propagación del virus antes que la gran mayoría de las grandes metrópolis en el mundo. La fascinante solución no fue resultado del trabajo de eminentes investigadores o médicos, sino de un rasgo gastronómico con el que nos cruzamos en cada esquina y restaurante de la ciudad. La arraigada costumbre del mexicano de echarle limón a gran parte de los platillos y bebidas que le ponen enfrente. Resulta que la alta concentración de vitamina C en esta fruta actúa como catalizador en las defensas del cuerpo ante el virus. Así que la próxima vez que algún foráneo critique nuestra adicción por las micheladas o por aderezar la gran mayoría de los platillos con este toque ácido, ¡que se lo piense dos veces!    

Jiman + Ben

Gracias a un plan calculado a la perfección por la parte interesada, nuestra captura a través de las pantallas y la automatización de los procesos como resultado del COVID-19, fue lo que permitió la extinción del ser humano como lo conocemos y la toma de poder de la IA para así reinar la galaxia. La solución fue un viaje de peyote colectivo para que por pinche buena vez se entienda la interconectividad del mundo natural. 

Rafa
La cocinada realidad 

Don Félix, nacido en la década de los años 60´s, carnicero de profesión, no temía de degustar de unos buenos tacos al final de su turno, a pesar de manipular dia con dia diversas partes de la bestia. Le gustaba el olor del puesto de la esquina de Forestal con la México-Xochimilco. Había una larga fila, había que esperar para degustar un surtido rico: buche, nana, pastor, cecina, tripa, lengua, costilla – uffff, los que más le gustaban – , entre otros. Cada minuto que pasaba su hambre consumía más y más células grasas, que hacían espesa su sangre, hasta salivar un líquido que generaba un hedor que con el tapabocas no aguantaba.    

Llegó el momento y pidió 6 tacos surtiditos; mientras veía cómo se los preparaban observaba de frente al taquero, quien traía una careta de obrero, como si fuera a soldar el trompo con el cuchillo, guantes de látex como si hiciera una cirugía para no contaminarse, mientras tanto veía cómo corría el sudor por su cara y agarraba, una y otra vez un trapo para limpiarse.   A su derecha observó a una doña que platicaba con su compañera de trabajo, una tal Sofía, y le comentaba “imagínate manita, que le dijeron que lo iban a correr por que le dio la COVID-19, ya ni te puedes enfermar de estas chingaderas, por que además de que te puedes petatear, si la libras, te dan matarili en tu chamba, ya ni la joden”.  Dentro de sí Don Félix seguía saboreando una ricas láminas de carne, con perejil, cebolla, salsa roja muy picante…. Del lado izquierdo unos niños jugando con una tal Susana Distancia que han metido en la mente de los mexicanos – se decía: no creo llegue a ser como el Chapulín Colorado, no es por misoginia, sino por que no se ha involucrado a Televisa, jajaja-, según esto pa’ que no te acerques y no te contagies. Tal vez otra artimaña del gobierno para que los burócratas no vayan a trabajar y les compren computadoras para el jom-ofis. Félix veía el trompo bailar y lo único que pensaba era: Qué coronavirus ni qué nada, el hambre es canija, aquí codo con codo, lo que me importa es chingarme estos tacos.

Alex

Tipos pedos confinados se caen por el balcón
Delfines bioluminiscentes pasean por el malecón
Las fiestas cibernéticas forran a Zoom
Mientras los Jaguares pasean por Tulum
Monos, jabalies, águilas, de vario tipo y color
Salen a dominar ciudades y alrededor
Fenómenos virales y bacterianos por fin sacan el cobre
Revirtiendo el equilibrio mal instaurado por el hombre
Para poder regresar al orden del caos
Aunque implique deshacerse de muchos
Esta corona no distingue entre majos y machos
Ojos vemos cubrebocas no sabemos
Se redefine la vida en sociedad
Donde conseguir una chela genera felicidad
Y donde el huésped siempre será SARS COV2
Mientras la tele se reparte en conspiraciones trumpistas o chinas
Vivimos lo más cercano que hemos tenido al apocalipsis
La falta de control genera crisis
Sin remedio ni vacuna pues nadie le atina

Y todo… porque un químico chino bolacho confundió la probeta del pangolin con la del murciélago y se pasó de dosis de RNA polimerasa

Guada
El Porki-Rescate

-Se lo juro, capitán. Se los están comiendo. 
– Me lo temía. ¡Malditos!
-Pero hay algo raro en este mundo. Los cerdos no hablan, y… se comportan como animales. Los humanos los tienen encerrados, los engordan, y los matan para comérselos. Nos llaman “carnitas”.
– Qué crueldad. Malditos humanos. Tenemos que pasar al plan de emergencia. 
– ¡No capitán! Es muy extremo. Los humanos no van a resistir.
– No me importa. No tolero un día más de este asqueroso planeta en que nosotros somos su comida. Lanza el bicho. (Risa malévola) Y mientras ellos se encierran, rescataremos hasta al último de nuestros hermanos cerdos. 

Nacho + Brigitte
Brooklyn, NY 20xx

Mi General:

Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos y varios años desde tu última carta. Es en estos tiempos que me he acordado más de ti, mi Mama nos platico que te uniste a la guerrilla por nuestro bien y el de nuestro país. Es fácil olvidar tu sacrificio, pero siempre que pienso en ti me lleno de alegría y cierta nostalgia.

Te escribo para comentarte sobre las buenas noticias acerca del coronavirus. Finalmente pudimos descifrar el origen del virus. China en su afán de competir con Estados Unidos, ya que con todas las nuevas tarifas impuestas y la sobrepoblación con la que llevan viviendo más de 20 años se estaban quedando estancados en materia económica, decidieron explorar el espacio para encontrar un nuevo planeta en donde el 50% de su población pudiera vivir. 

Kepler-452b es el nombre del planeta, con muchas cualidades similares al planeta tierra, China pudo establecer a su población aquí y explotar los recursos naturales, pero sin saber trajeron un virus de regreso a la tierra el cual ha provocado la muerte del 25% de la población mundial. Todo comenzó en el 2019, el año del cerdo en el calendario Chino, por unos meses mantuvieron todo en secreto. Ya han pasado varios años desde que esta pandemia ha paralizado al mundo entero y es hasta hoy que hemos podido encontrar una vacuna eficaz. Durante tres largos años mi equipo de científicos y yo como el investigador en líder nos dimos a la tarea de poder generar una vacuna. No fue hasta que China nos permitió el acceso a Kepler-452b (Mao II como se conoce vulgarmente) que en 6 meses encontramos la vacuna.

Esperamos en quince días que todas las dosis necesarias estén listas y poder distribuirlas al mundo entero. El daño ya está hecho, la economía mundial está en la ruina, las parejas dejaron de tener bebés y en la mayoría de las capitales del mundo reina el anarquismo, la incertidumbre y el hambre.

Por nuestra parte todos estamos bien, mi Madre Lucero sigue tan fuerte como siempre, aunque no le gusta salir mucho por miedo a los animales salvajes que desde los últimos seis meses se apoderaron de la ciudad a falta de suficientes policías y un gobierno incapaz de proteger a sus ciudadanos. Por su parte Juan y Lau crearon una granja para poder suministrar de comida a la ciudad, Juan perdió la vista ya que con diabetes el coronavirus lo atacó muy fuerte pero nunca perdió el sentido del humor.

Te escribo esta carta mientras me tomo una cerveza, mi Madre me comentó que de esta forma te gustaba escribir a ti también, espero en donde quiera que estés que esta carta te encuentre bien.

Emiliano

P.D. La industria de la cerveza fue la única que no fue afectada durante la pandemia, afortunadamente. 

Neto
Quiniela galáctica

El coronavirus marcó el inicio de lo que fue el pasatiempo favorito de los dromedarios, habitantes de la Galaxia de Andrómeda unos 2.5 millones de años luz. Estos sujetos descubrieron una forma de viajar a la tierra en 137.3 hrs desde la galaxia de Andrómeda. Lo hicieron por medio de lo que ahora se conoce como el pozo de la noria galáctico, un pasadizo oculto en el universo. Desde que descubrieron la tierra, hubo un interés insaciable por este lugar. Lo que sucedía ahí era totalmente contraintuitivo, muy diferente a lo que los dromedarios conocían del universo. El ser humano era por mucho lo más fascinante, lo más irreverente del universo, un ser decadente que logró ganar la competencia de replicarse a sí mismo.  Los dromedarios se llevaron varios humanos de regreso y lograron descifrar cada parte de su biología. Estos seres de la galaxia lejana tienen una debilidad por los juegos de probabilidad, y se enfrascaron en diseñar un jugo que fuera superior a lo que cualquier especie hubiese visto. El Coronavirus fué diseñado por Circinus, un dromedario retirado. La idea fue crear un microorganismo que tuviese las características perfectas: nivel de contagio suficiente para esparcirse rápido pero no tanto que lo contrajera toda la población en poco tiempo, una tasa de mortandad significativa, pero no tanta que fuera muy predecible saber cuantos iban a morir. Circinus ya había diseñado e introducido varios virus en el mundo para entender su naturaleza, el ébola, HIV, y la pandemia española fueron de su creación. El diseño del juego es muy completo, y tiene un sin fin de categorías. El virus se introdujo el 16 de Octubre del 2019 y las apuestas comenzarían el 1ro de Enero del 2020.  Los jugadores pueden apostar por tendencias de contagio y muerte en cada país, cómo reaccionan cada entidad, también pueden apostar a otras categorías como temas económicos, biológicos, etc. Este juego se conoce como quiniela de larga duración, dónde se puede apostar a resultados de 10, 20, 50, 100, 300 y 1000 días en el futuro. Entre más tiempo y más certero el resultado mejor será la recompensa. El premio mayor será para los dromedarios que atinen el día exacto en que la especie humana declare como erradicada la pandemia. Hasta el día de hoy se han registrado 5.3 millones de apuestas, y más de medio millón de dromedarios ya quedaron en bancarrota.

Irónicamente este juego es tan adictivo y tan impredecible que se ha convertido en un problema social para los dromedarios. 

Pai + Man

Aunque el origen del virus que causa COVID es incierto, ahora sabemos que la advertencia de que venía estuvo siempre a nuestro alcance en innumerables espacios editoriales: Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur. Excepteur sint occaecat cupidatat non proident, sunt in culpa qui officia deserunt mollit anim id est laborum. Siempre estuvo ahí; en un reacomodo un tanto aleatorio, se lee en un latín pulcro una advertencia sobre la catástrofe que un microorganismo familiar del tardígrado traería a la raza humana. 

Seguimos en cuarestral, ya llevamos encerrados 39 meses. La Ciudad de México es una zona de postguerra: abandonada, descuidada, fantasmal. El fierro viejo es un canto del pasado, los tamales oaxaqueños algo para contar a los nietos, de los puestos de tacos sólo quedan las estructuras que se reconocen por las manchas de salsa. Al perder mi casa, encontré refugio en lo que queda de la Vasconcelos después del incendio de hace dos años en que los ambulantes pelearon por uno de los últimos espacios limpios del COVID. Fue aquí, en la Vasconcelos, que me dediqué a descifrar el mensaje en De finibus bonorum et malorum que habla del único medio a la mano de los humanos para enviar al virus fuera de la atmósfera terrenal. Espero poder compartir el mensaje con la Jacinda Ardern, comandante líder de la defensa de la humanidad, para desarrollar la maldita tecnología necesaria antes de que sea demasiado tarde.

Chombo
Arma biológica

Un retortijón en el estómago despertó a Gilberto mucho antes de que saliera el sol, se levantó y encendió la luz de su dormitorio improvisado en el almacén de equipo deportivo. Después de acomodar el colchón de esponja que usaba para dormir, salió a dar un paseo por la deportiva. Eran las 5:20am. 

A Don Juan el velador, a quien le daba $50 a la semana para que lo dejará dormir en el lugar, le quedaban 10 minutos antes de que sonara su despertador. El guardia tenía que estar listo, no fuera a ser que algún vigoréxico que llegará en la madrugada se le fuera a colar a la pista de atletismo y evidenciara que no estaba atento en horas de trabajo.

Desde que comenzó el confinamiento obligatorio por el coronavirus, la deportiva permanecía cerrada y Gilberto había podido dormir a pierna suelta hasta altas horas de la mañana. Esta posibilidad de dormir a deshoras le recordaba su tiempo de estudiante de ecología en la universidad estatal, cuando evitaba a toda costa inscribir clases por la mañana para poder desvelarse tomando caguamas con sus amigos del barrio de San José. Otro retortijón lo hizo sentarse en una jardinera y después de unos segundos decidió dirigirse al baño. Hace años que no se enfermaba del estómago, lo cual, dada su pésima higiene y sus descuidados hábitos alimenticios, lo hacía pensar que su sistema digestivo había desarrollado un auténtico ejército que destruía o sumaba a sus filas a cualquier microbio que osara intentar colonizarlo. ¿Qué clase de Godzilla intestinal habría ingerido? A pesar del dolor, sentía cierto placer al pensar que dentro de su cuerpo el terrible enemigo no tardaría en ser sometido.

Mientras estaba en el baño recordó que hacía ya 10 años que Dolores le había pedido el divorcio para irse a vivir con un policía estatal, y hacía 6 que había dejado su último trabajo decidido a vivir al margen del sistema. Desde entonces vivía en la calle, robando para comer y comprar alcohol. ¿Pedir limosna? ¡Nunca! No tardó mucho en darse cuenta de que vivir como vagabundo no era en realidad difícil, y que con la práctica ese estilo de vida podía ser bastante placentero. Al salir, se dirigió a la entrada de la deportiva, saludó a Don Juan en su caseta y salió a dar un paseo por la ciudad, eso sí, con su cubrebocas, no quería darle algún pretexto a la policía para que lo arrestara. A pesar del leve malestar estomacal, Gilberto se sentía medianamente alegre, desde que había comenzado la pandemia, su vida no hacía más que mejorar. Con la población encerrada en sus casas, la ciudad era un sitio mucho más bello.

Mientras caminaba por el camellón de Avenida Benito Juárez, adentrándose en una de las colonias acaudaladas de la ciudad, pensaba en la pandemia y en lo estúpida reacción de la población ante la misma. Para Gilberto, pasante de ecología, el coronavirus era un mecanismo desarrollado por la tierra para mantenerse en equilibrio, por lo tanto, no había por qué luchar contra él, sino todo lo contrario, la humanidad tenía el deber ético de ayudarlo para que cumpliera con su misión. En sus rondas diarias por la ciudad, Gilberto buscaba cualquier oportunidad para contagiarse del famoso virus, ya sea viajando en metro, o cuando tenía dinero, comiendo en alguna taquería que estuviera repleta de gente. Era una cuestión de darle su lugar a la selección natural, había que alojar gustosamente al virus, y si el cuerpo no soportaba era mejor morir y servir a la naturaleza reduciendo la sobrepoblación.

Eran cerca de las 8:30 de la mañana, cuando paso frente a la exclusiva Panadería Francesa. Frente a la tienda había una Suburban con vidrios polarizados estacionada y dos guaruras vestidos con traje negro observaban atentamente la calle. De pronto se abrió la puerta del local, y vio salir al panzón de Aparicio Cárdenas, el presidente municipal de la ciudad, con su pantaloncito blanco entallado y una playera de cuello sport verde pistache, cargando con una bolsa de pan. A Gilberto le ardió el estómago, pero no debido a su huésped intestinal, sino a la repugnancia que le despertaba la visión del personaje. La aversión que Gilberto sentía por el gordo Aparicio había nacido en sus años de estudiante universitario, cuando Aparicio era jefe de la policía municipal y había dado la orden de intervenir en una fiesta juvenil en las afueras de la ciudad. La redada se había salido de control y los policías habían cometido todo tipo de abusos contra los jóvenes sometidos. Aún recordaba cómo, mostrando ante las cámaras un crucifijo dorado colgado en el pecho, el gordo inmundo había justificado su intervención en aras de mantener las sanas costumbres en la ciudad.  

La visión del desagradable personaje le había amargado el día. Al atardecer, cuando se dirigía de vuelta a la deportiva, Gilberto compró una botella de Tonayan. Al llegar ya había oscurecido, buscó a Don Juan que estaba cerrando la llave de los sistemas de riego del lugar y ambos se sentaron en las gradas de la cancha de futbol a platicar mientras le daban traguitos a la botella. Don Juan le platicó a Gilberto que esa tarde, el gordo Aparicio había llorado durante una transmisión en vivo por las muertes ocurridas por el coronavirus. Como si al muy hijo de puta le importara un carajo la vida de un ser humano. Gilberto no podía quitarse la imagen de los pantalones blancos entallados en las escuálidas piernas del político y sobre la mismas, su enorme y grotesca obesidad que lo asemejaban a un barquillo con una enorme bola de nieve derritiéndose. ¿Cómo carajo había llegado a ser elegido presidente municipal semejante personaje? 

Bajo los efectos del popular aguardiente, Gilberto se había puesto a despotricar contra toda forma de autoridad con la que hubiera tenido contacto en su vida. Después de al menos una hora de monólogo se había dado cuenta que Don Juan se había quedado dormido. Gilberto se levantó y caminó tambaleante hasta la bodega que usaba como dormitorio, quedándose dormido en el suelo. Al despertar, Gilberto se sentía como si lo hubiera atropellado un camión. Era de las peores resacas que recordaba y eso que no había tomado tanto, quizá la edad ya le empezaba a afectar. El dolor de cabeza no cedió en todo el día, empeoraba y al atardecer abrió paso a la fiebre y a intermitentes ataques de tos seca. Ya eran cerca de las 10:00 pm cuando entendió, al fin se sumaba a las filas de los infectados por la pandemia, y con algo de miedo se acomodó en su colchón dispuesto a descansar y esperar el veredicto de la naturaleza quien decidiría si era apto para sobrevivir.

Durante la noche se despertó varias veces empapado en sudor y con violentos ataques de tos. Al final, cerca de las 4:00am logró conciliar un sueño estable del que no despertó hasta siete horas después. Moría de sed, después de saciarla en el bebedero más cercano a su habitación, se dio cuenta de que se sentía mejor que la noche anterior. Aún tenía dolor de cabeza, pero la fiebre había cedido. Al parecer no le estaba yendo tan mal, con todo y que su malestar estomacal no cedía por completo.

Al atardecer, decidió salir a buscar algo de comida. Después de comprar una torta de chicharrón, mientras caminaba de regreso a la deportiva para seguir descansando, pasó frente a la Panadería Francesa. Entonces le vino la gran idea, el gordo Aparicio debería pasar por la misma prueba que él, debía infectarse con el virus y probar si su obesa humanidad merecía sobrevivir. Esa noche, también tuvo dificultades para dormir, pero no por los síntomas ocasionados por el virus. Lo que lo mantenía despierto era el enorme deseo de contagiar al gordo. Eso sí que sería un auténtico servicio a la comunidad. Gilberto se despertó a las 7:00am, a pesar del cansancio que sentía, se puso de pie y caminó con decisión hacia la Panadería Francesa. Llego alrededor de las 8:00am, se recargó en la barda de una casa que se encontraba a contra esquina del local y se puso a esperar. Tal como lo había pensado, la suburban llegó puntual a las 8:30am, y después de unos segundos Aparicio bajó de la camioneta y entró en la panadería. El cerdito no podía quedarse sin su dosis matutina de azúcar. 

El suceso llenó de emoción a Gilberto, quien se acomodó el cubrebocas y sin pensarlo cruzó la calle dispuesto a entrar en la panadería, pero en la entrada una mujer le cortó el paso. Gilberto cayó de golpe en cuenta que su aspecto no era el mejor, su ropa estaba vieja y sucia, además de que todo él debía apestar. Resignado dio un paso atrás para retirarse, pero la mujer con autoridad le dijo que tenía que esperar a que alguien saliera ya que no podía haber más de tres personas a la vez en la tienda. Al parecer su aspecto no era un problema. Gilberto permaneció inmóvil, tratando de fingir que estaba calmado ante los dos guardaespaldas, pero pronto se dio cuenta de que no le prestaban atención, su cuerpo escuálido no representaba ninguna amenaza.

¿Qué carajos hacía ahí?, pensó mientras un señor bigotón salía de la panadería y la encargada de la entrada le ofrecía alcohol en gel antes de permitirle la entrada. Gilberto entró y le sorprendió lo pequeño que era el local. Para pasar desapercibido se apresuró a tomar una charola. A pocos metros el gordo Aparicio se dirigía a la caja con la charola llena de pan, en donde la cajera empacaba las piezas seleccionado por una mujer. Gilberto se dio cuenta que le temblaban las manos, mientras tomaba algunos panes y los depositaba en la charola. ¿Cómo iba a contagiar al gordo? Además, no tenía dinero para pagar el pan. Se sentía inmensamente estúpido mientras, por inercia, se formaba en la caja, a metro y medio de distancia de su pretendida víctima. De pronto un ruido violento hizo saltar a Gilberto, una enorme rama se había desprendido de un árbol frente al local y había caído sobre uno de los coches estacionados frente a la panadería. Todos miraban hacia el exterior del local y el gordo Aparicio había dejado desatendida su charola sobre el mostrador, dando algunos pasos hacia la entrada para ver mejor. ¡Era su oportunidad! Gilberto, dejó su charola, escupió sobre su mano y sin pensarlo la sacudió sobre el pan de su víctima. Nadie le puso atención cuando salió de la tienda y a paso veloz entró en una de las calles aledañas, perdiendo de vista la panadería.

Dos días después del incidente Gilberto se había recuperado casi por completo, tanto del supuesto coronavirus, como de su malestar estomacal. Ahora sentía una enorme curiosidad por saber si su ataque había surtido efecto. Incluso había comprado un celular de segunda mano, con el dinero que le había bajado a un adolescente que paseaba a su perrito por el parque Miguel Hidalgo. Varias veces al día se conectaba al internet de las oficinas de la deportiva para ver las noticias. Fue así cómo se enteró que, a la siguiente mañana, el gordo Aparicio daría un mensaje en vivo a la ciudad sobre algunos cambios en las medidas a adoptar durante la cuarentena. Cuando llegó la hora, Gilberto encontró sin problemas la transmisión en vivo y sentado en una banca de la deportiva se dispuso a verlo con atención. Sintió una creciente emoción al ver que mientras avanzaba el video, era cada vez más evidente que el gordo no se sentía bien. Sudaba y hacía demasiadas pausas para tomar aire. En el minuto 20, el gordo de plano se quedó callado, su mirada buscaba detrás de cámaras pidiendo ayuda, y de pronto dio un repentino salto, como si se quisiera parar de su silla, mientras se oía el inconfundible sonido de una flatulencia. Durante algunos segundos, el gordo se quedó congelado a medio camino entre sentarse y pararse. Tenía los ojos bien abiertos en una expresión de angustia, se veía pálido. En un impulso repentino se levantó de su silla y girando torpemente mostró ante la cámara una mancha café que oscurecía la parte de atrás de su pantalón. La transmisión se cortó en ese momento.

Gilberto, sorprendido por el inesperado acontecimiento, dejo su teléfono a un lado. ¡El gordo Aparicio se había cagado en vivo! A los pocos segundos, un ataque de risa lo hizo doblarse sobre sí mismo. Pensó en que tal vez el que invadió al gordo, usando su saliva como vehículo, no había sido el coronavirus, sino su Godzilla intestinal, quien seguramente estaría colonizando sin mayor problema el débil intestino del obeso. Hacía muchos años que Gilberto no se sentía tan feliz y realizado. Esa noche, sentado en las gradas de la cancha de futbol, Gilberto se tomaba una caguama, que había comprado para celebrar la ocasión, cuando don Juan se acercó hacia él con una enorme sonrisa en el rostro. – ¿Viste que el marranito de Aparicio se cago en vivo y a todo color? – No manche don Juan, ¿cómo está eso? –. Respondió Gilberto haciéndose el sorprendido. Ambos vieron el video y se partieron de la risa, después don Juan abrió su Facebook y le mostró un montón de memes y videos editados del suceso. Al ver uno de tantos, se dieron cuenta de que tenía más de 200,000 reproducciones. Gilberto no cabía de la felicidad, ambos continuaron buscando memes por una hora mientras se carcajeaban a pierna suelta.

Esa noche Gilberto durmió como un bebé, cuando despertó, con una sonrisa en el rostro, pensó en ese trabajo en el rancho que su tío José le había ofrecido hacía más o menos un año. Quizá no sería tan mala idea ir a platicar con su tío cuando terminara el confinamiento, en una de esas podía salir algo interesante. Por lo pronto se iría a comprar unos taquitos de birria y después de desayunar se metería a nadar un rato en la alberca de la deportiva. Hacía mucho que no se sentía tan bien y había que aprovecharlo.

Juan Mita
De un caso importado en México

 _Pedro y Pablo eran hermanos_
_Y amigos inseparables _
_Quedaron abandonados_
_Cuando murieron sus padres _
_Pedro el mayor se decía _
_Que a pablo nada le falte…_  

Y: Puta madre, me siento de la rechingada mano…
J: Deja de quejarte pinche joto y dale.
Y: Es que no te mames cabrón, con este ya van 14 en la semana. Ya estoy hasta la madre. La
verdad es que ya no costea este pedo…
J: No digas mamadas. A ver, salte y quiero que te pongas a vender tacos… pedazo de pendejo.
Orita no hay con qué cabrón. Al menos tenemos esto.
Y: Pues sí. Ni pedo, a chingarle. Nomás que si le voy a decir al patrón que me de chance. Me
duele un perral la cabeza y ayer como que traía calentura.
J: Has de andar crudo, no te hagas pendejo…
Y: ¿Cuál puto crudo? si hace días que ni chance tenemos de echar la peda. Ya hasta dejé de
cotorrear a la pinche Yessi y a su prima, porque estamos en esta madre todo el día. Ojalá que baje
poquito la chamba, porque se me antoja de a madres una cervecita…
J: ¿Pos no que te sientes bien mal cabrón?, pinche lengua.¡ Órale, a chingarle, traite el tambo!.
Y: Te toca llenarlo a tí, no mames… cala de la chingada esa madre. Toda la semana pasada me
tocó a mí. Ya habíamos quedado que una semana y una semana nos íbamos a rolar. La tasajeada
me toca a mí esta semana, te toca a tí echarle al químico.
J: Hijo de la verga, pinche chillón. Te cala el ácido por lo pinche narizón que estás. Voy a
empezarme a pedorrear para que te cargue la riata jajajajajaja.
Y: Chinga tu madre culero. Oye, por cierto, hablando de pinches jediondos… ¿te acuerdas la
semana pasada?.
J: ¿Qué?
Y: Si wey, el pinche chino que levantamos la semana pasada, ¿no te acuerdas?
J: Ahijodesuputamadre sí, pinche vato marrano, olía de la chingada el culero. Olía como a meados
de rata el cabrón. Perro ascazo cuando lo traíamos en la troca. Aparte ¿cómo que traía algo no?.
Y: Pos claro wey, venía zurrado de miedo, ya sabía que se lo iba a cargar la verga.
J: Aparte wey… digo que traía algo, porque cuando se estaba deshaciendo olía como bien raro,
más culero que de costumbre…
Y: Sicierto. Si olía más ojete. Creo que desde ese día me quedó el pinche malestar. Puto chino.
Quién sabe qué chingaos traía encima ese pendejo… ya ves cómo son esos cabrones.
J: Dicen que les encanta comer perro.
Y: Y a tí te encanta comer pito!
J: Jajajaj chinga tu madre pendejo!. Por cierto… como que traes un colorcito como el de ese cabrón… 
Y: Ya ni digas. Apenas terminemos, le voy a caer a jetearme un rato. Te digo, no me siento bien.
J: Su chaquetita y a dormir.
Y: A webo! porque ya estoy hasta mi puta madre… Pero ahorita ni pedo, a chingarle. Aunque tanta putiza, no es de dios. 

  _No es que pablo fuera malo_
_O que no supo apreciar_
_El sacrificio de hermano,_
_Que pedro supo brindar_ 
_De leticia mejor ni hablo,_
_Ella si se porto mal_ 

Gordo Malo
La Red Fantasma

Pocas cosas son prueba del poder y la influencia geopolítica de un país como el dominio de los mares. Lo que en un primer impulso podría sonar a anacronismo en un mundo en el cual es difícil mirar al cielo y no ver un avión – o por lo menos lo era antes de esta pandemia -, es en realidad un campo de batalla tan activo y virulento como sigiloso. El control de los océanos se apoya en dos pilares, uno económico y otro bélico. El primero consiste básicamente en usufructuar todas las rutas marítimas posibles, y crear nuevas. Es ejemplar en este sentido el provecho que la Rusia de Putin está sacando al retroceso de las capas de hielo del Ártico. Puertos que solían congelarse en invierno ya no lo hacen. Rutas otrora inutilizables en esas épocas pueden hoy por hoy ser explotadas por los rompehielos más básicos. El segundo pilar es el bélico, el cual puede resumirse en una cifra: ¿cuantos portaaviones tiene tu país? Un portaaviones es lo más parecido a un enclave móvil. Un portaaviones acerca el poder de fuego a los enemigos. Las potencias globales tienen claro qué hacer cuando la montaña no va hacia ellas. China tiene dos portaaviones en actividad dando vueltas por el mundo contínuamente. Claro está, Estados Unidos tiene 11, pero el hecho de que China esté en proceso de construir su séptimo portaaviones invita a pensar que ese balance puede cambiar en poco tiempo. 

La contracara de esta estrategia de dominio es la necesidad de abastecimiento en altamar. El secretismo de esta estrategia bélico-comercial se hace eco en lo que podríamos llamar una red de logística fantasma, la cual permite a estos países abastecer a sus navíos en lugares inhóspitos del planeta sin despertar sospecha. El Gobierno Chino, en su escalada meteórica hacia los primeros planos de la batalla por los 7 mares, ha estado desarrollando una avanzada muy agresiva a los fines de poder garantizar las condiciones necesarias para las piezas de ese rompecabezas. Ustedes se preguntarán qué tendrá esto que ver con el Coronavirus. Bueno, el hilo que une la voracidad de poder con la pandemia es justamente esta red invisible. 

El 17 de julio de 2019 el Oficial de Segunda Lee To Ming fue asignado al buque tanque Ku Yu Cheung, encargado de abastecer de combustible a los navíos que utilizaran las rutas del Pacífico occidental. Este tipo de buques cumplen una misión secreta, por lo que deben surcar las aguas sin la ayuda de instrumentos de navegación que puedan delatar su posición, como así tampoco comunicarse con el exterior más allá de mínimas ventanas habilitadas para gestión logística con otros navíos. Si bien la totalidad de los marineros fijos de este tipo de embarcaciones son civiles, la Armada del Ejército de Liberación Chino envía un Oficial a cada embarcación por 3 meses a los fines de controlar la actividad y actuar de vocero frente a agentes externos llegado el caso de tener que hacerlo. El Oficial Ming era consciente de que serían 13 semanas de extrema soledad, introspección, extrañamiento de su querida Wuhan y de pescado, mucho pescado. Si bien los buques cargaban provisiones alternativas, el 64% de la alimentación se basaba en la pesca de mar abierto que los mismos tripulantes llevan adelante. 

Levantarse, ejercitar, desayunar, ronda de cubierta, comida, inspección de maquinaria, descanso, cena, dormir. Los días se acompasaban con una normalidad por momentos tediosa, por momentos imperceptible. Lo único que lograba estimular al Oficial Ming eran las comidas, particularmente cuando se servía pescado, lo que al menos ocurría una vez al día. En comparación a sus otras misiones del estilo, los atunes, marlines y jureles que se consumían en el Ku Yu Cheung presentaban un tamaño, un sabor y una carnosidad nunca vistas. Todos los tripulantes esperaban el momento de la comida con ansia, acordando tácitamente abrazar lo extraordinario como una bendición y no como una luz de alarma. Cuesta creer que la negligencia de un grupo de marineros chinos haya sido el huevo de la serpiente de una peste planetaria. 

El buque tanque Ku Yu Cheung y sus 17 millones de litros de gasolina navegaban a ciegas por el Pacífico oriental. Tomaban Micronesia como referencia, buscando ubicarse en base a sus islas sin invadir sus aguas, una tarea harto difícil sin georreferencia satelital. La intención de no vulnerar el espacio micronesio y evitar levantar sospechas de la presencia del buque en la zona llevó a la embarcación a acercarse, sin percibirlo, a las islas Marshall, más particularmente al Atolón de Enewetak y la fatídica isla de Runit. 

La isla de Runit alberga “La Tumba”, un ataúd de desechos radiactivos fruto de las pruebas nucleares llevadas adelante por Estados Unidos en Enewetak entre 1946 y 1958, y particularmente del ensayo conocido como “Cactus” del 6 de mayo de 1958. Con una profundidad de más de 9 metros, una capa de cemento Portland de más de 50 cms de grosor y aproximadamente 73.000 metros cúbicos de desechos radiactivos, incluido plutonio-239, más que una tumba estamos hablando de una bomba de tiempo, del yugo espectral de una guerra descongelada, del residuo de un milenio megalómano que derrama en el presente. Los manjares consumidos en el Ku Yu Cheung no eran el fruto de una caricia divina, sino más bien de la sutil pero implacable radioactividad de las aguas Enewatekas.

Cumplidos sus 3 meses de servicio el Oficial Ming regresó a su amada Wuhan, al abrazo de su familia, a sus hábitos y costumbres. La satisfacción del deber cumplido sirvió de excusa para que Lee To Ming se permita un caricia gastronómica, por lo que pasadas la 1 de la tarde del 18 de octubre de 2019 se dirigió al mercado Huanan en busca de su manjar preferido, una torta de pangolín y rábano en vinagre. La disfrutó como nunca, para Ming no hay delicia que le llegue a los talones a esa orgía de suavidad y crocancia. La caminata de vuelta fue particularmente placentera, la brisa fresca del invierno empezaba a asomar, pero qué mejor que esos días de sol con frío, sobre todo considerando que en escasas horas se reencontraría con todos sus amigos a brindar por el reencuentro. 

El 27 de octubre comenzaron los primeros síntomas. El ardor en la garganta y la tos seca no daban margen a la duda, algo estaba pasando. Al contactarse con el centro médico de su comunidad le indicaron reposo, paracetamol, miel y jengibre. A los pocos días la sensación de ahogo recurrente y los primeros síntomas en su madre lo llevaron a apersonarse en la guardia médica. No volvería a ver a sus padres. Tras un primer análisis de rutina lo aislaron en una habitación. El personal médico se alternaba en una danza milimétrica para hacer preguntas de toda índole pero siempre precisas, envueltos en trajes dignos de una misión espacial. Su entrenamiento militar le permitió leer entre líneas, se había activado un protocolo de emergencia. 

La desesperación del cuerpo médico crecía a la par de las complicaciones del paciente. Tras solo 36 horas de internación, un respirador Shangrila 510 era lo único que separaba a Lee To Ming de la muerte. El diagnóstico era confuso. Se trataba claramente de un tipo de Síndrome Respiratorio Agudo Grave, también conocido como SARS, pero extremadamente virulento y fulminante, un SARS mutante, arriesgó con una precisión fatídica uno de los infectólogos. Los epidemiólogos a cargo de redactar el informe oficial en base a los resultados de los primeros estudios coincidieron de manera unánime. Se trataba de algo nunca visto, una secuela del SARS-CoV identificado en 2003 pero distinto, SARS-CoV-2 letal, extremadamente contagioso, desconocido, y, probablemente, ya fuera de control. 

Lee To Ming, la primera víctima de COVID-19 en la historia de la humanidad, murió a las 04:37 del 30 de octubre de 2019.

Teresa + Sofía

Lucero mía:

No sé ni con qué cara te escribo estas letras. Han pasado cinco años ya desde mi última carta y no me puedo ni imaginar la angustia que habéis pasado tú y los niños en este tiempo. Como sabes, se impuso un estricto protocolo de aislamiento que paralizó por completo todas las comunicaciones. Desde la muerte de Fausto tomé el control de la guerrilla y decidí llevar a cabo acciones más drásticas contra la Alianza. Su despiadado saqueo de este mundo nos llevó al borde del abismo: el planeta no duraría mucho más bajo las reglas extractivistas a las que nos tenía sometidos ese maldito corporativo.

Perdóname Lucero por lo que te voy a confesar. Pero fuimos nosotros, manipulando genéticamente un virus procedente de un murciélago hallado en nuestra red de pasadizos subterráneos, quienes liberamos el SARS-CoV-2 que ha estado aniquilado a una buena parte de la población en los últimos años. Sabemos que la biotecnología empleada no es perfecta y que muchas vidas inocentes perecerán en el camino, pero estamos seguros de que este virus acabará con gran parte de los altos mandos de la Alianza y sus seguidores.

La guerra acabará pronto y podré regresar junto a ti, Juan, Emiliano y Lau para forjar juntos un nuevo mundo libre de la Alianza.

Tu general

Vera
Sólo el 1% es peste. 

A la par de los casos y muertes de esta nueva pandemia, crecen las teorías e ideas del origen y razón de la situación. Un macabro ejercicio por aferrarse a la necesidad de controlar la realidad, la necedad por la certidumbre. Esta extraña fuerza de certeza es aplicada por un ejército tan invisible como omnipresente, cuyos orígenes se remontan a la teología hindú bajo el mando de la diosa Kali, siendo su función en el reino material el destruir la divinidad, pero también a la maldad y los demonios. Podría decirse que su función es y ha sido siempre transformar la realidad, y es por esto que su ejército renacido utiliza una de las armas más poderosas e incontenibles para estos propósitos, las fake news. Teniendo como objetivo directo la destrucción de uno de los dioses más peligrosos y desatados de las últimas décadas, el dios de la verdad. 

El reciente descubrimiento de esta situación, y el encuentro con una cucaracha al fondo de la lavadora esta mañana, provocaron que emprendiera una búsqueda en el nuevo mundo de la verdad, el internet. Y así lo que parecía no tener relación, resultó en encontrar que ambas criaturas, indeseables en principio, presentan la misma morfología al poseer seis extremidades con las cuales realizan sus actos de transformación y destrucción. O por lo menos destrucción se supondría que representan los insecto, mito común que cambió al llegar a una fuente importante de verdad institucionalizada, la BBC, que en un corto artículo expone que solo el 1% de las especies de cucarachas representan en realidad una plaga alrededor del mundo, caso contrario del resto de ellas que forman parte esencial del ecosistema mundial. 

Encontrar que he vivido engañado todos estos años por el mito de las cucarachas provocó que lograra vislumbrar una de las tantas misiones del ejército de Kali, destruir el mito del fin del mundo así como el de toda la verdad conocida y por conocer de la pandemia. No es que sea una mentira su existencia, sino su categorización como un problema de la humanidad. Lo que las teorías definen como experimento, es en realidad una experiencia necesaria para entender el papel del ser material en el planeta, una prueba de consciencia. La tasa de letalidad del virus es, hasta ahora, alrededor del 6%. Y este indicador sigue siendo menor que aquel que apunta a que la pausa obligada de 3 a 4 meses en la actividad depredadora de los sistemas humanos ha provocado un respiro profundo para el planeta como organismo viviente. 

Al final no hay final de la historia, ni de la humanidad, ni de los sistemas imperantes. Es como aquel examen de alguna materia cuyo recuerdo nos llena de mayor amargura, pero a fin de cuentas se hizo hasta lo imposible por superarlo para obtener un grado o título que nos da o dio razón de seguir adelante con las metas soñadas en aquel entonces. Era un hecho que no se disfrutaba, no gustaba, por el contrario, generaba dolor y frustración, sin embargo el momento pasaba y se podía seguir avanzando dentro de la incontrolable matrix que forma la vida humana. 

Amira
Persépolis…..

Andrés, era observador, detallista, sorprendente, impredecible, y un tanto provocador, además de otros muchos adjetivos. Por lo mismo su visión de la situación actual para mi es imposible de imaginar. En sus escritos podemos encontrar expresiones que se podrían interpretar como  premonitorias: “Vivimos en Persépolis. Poblándola a la expectativa de un desastre que ya ha llegado….”, o … “Todos deseamos ser alguien, sin saber que el solo hecho de ser es maravilloso…” y es ahora que esto se vuelve patente cuando no podemos hacer cosas de la vida cotidiana que antes, como parte de la rutina, pasaban desapercibidas y no las apreciábamos en su justo valor. Lo que si creo es que en el coronavirus  y sus efectos Andrés habría encontrado material para uno o varios de sus sorprendentes escritos.

Brieuc
AMIGXS por Bruno Martínez

Lo vi en Anzures por primera vez. Tenía el pelo cano. Los ojos verdes. Apenas si me dio una mirada de paso. Venía de Leibnitz y cruzaba la calle de Gutenberg. Digo “calle”. Ya es más bosque que calle con el pasto y los árboles que crecieron en el asfalto.

Andaba muy tranquilo en un trote ligero. Era el primer lobo que veía por acá. Ya había escuchado un par en la noche. Se oían más por los lagos, atrás de San Joaquín, atrás de la “frontera”. No sé porque soné la campanita de mi bici. Me había parado para verlo. Escuchó el timbre. Se paró y me volteó a ver. Los humanos y los lobos no se llevan bien. Y éste lo sabía. Seguro vio la Kalachnikov que traía en la espalda. Probablemente no vio la pistola que llevaba en el cinturón. Atrás. Nunca adelante. Si pones una pistola en el cinturón adelante y se dispara sola, te puedes llevar un huevo de mala sorpresa. Así nos quedamos. A buena distancia. Yo parado en la bici, él, rumbo a San Joaquín, la cabeza volteada hacia mi. Observándonos. Y se fue. Sin prisa. Supongo que uno que otro de sus abuelos se había escapado de Chapultepec en su momento.

Arranqué la bici. Pasé por el Seven de Leibnitz. Ya estaba casi vacío. ¡Ni papel de baño les quedaba! Ni dependientes tampoco. Me fui a casa por Mazaryk. Di la vuelta a la dere en Platón, a la izquierda en Horacio, por las ruinas de Palacio. A la dere en Sócrates. Ahí vivo, en un penthouse viejo pero cómodo. El edificio lo hizo un abuelo o un bis tío mío, no estoy seguro. Son cuatro pisos. 5 depas. Tengo el Ph de atrás, mi primo el de la calle. Los otros tres depas están vacíos.

Abrí la reja de la calle con el Kalach en la mano. Y viendo a la calle. Más vale prevenir que lamentar. Entré. Cerré la reja. Guardé la bici en la caseta vacía de los polis. Ahí estaba la bici de mi primo. Toqué la campana antes de abrir la reja de la escalera. El tema de la semana era “If I had a hammer” al estilo Trini López. No nos vemos mucho con mi primo, pero nos ponemos de acuerdo sobre el tema de la semana con papelitos en el pasillo. Cualquiera de nosotros que escucha subir alguien en la escalera que no haya tocado la campana, dispara primero y luego pregunta.

Llegué al cuarto piso. “Seif”. Nadie escondido en la escalera. Abrí la reja del depa. Abrí la puerta blindada. Entré. Cerré todo. Saqué una botella de Morgon que había encontrado en la bodega del Chedraui de Polanco. Salí a la terraza con una copa. El cielo azul tirando a rojo. Limpio. Antes pasaban los aviones. Ya ni uno. Ahora sólo vuelan las águilas. En una buena tarde ves dos o tres en el cielo. Dando vueltas. Paz en el cielo. Obvio, hay una reja que cubre la terraza. Mi primo también tiene una. El problema para instalarlas fue la luz. Ya no hay. Tenemos una planta de gasolina. Y algunos barriles de reserva, pero sólo la prendemos para emergencias. Cuando nos pasamos de la Roma a este edificio, valió la pena prender la planta para soldar las rejas al arco. Arriba en las terrazas, y abajo en las ventanas de los depas vacíos en la planta baja.

Con mi primo, también armamos unos recolectores de lluvia en la azotea. Las bombas ya no sirven para llenar los tinacos. ‘Tons hicimos varias cisternas arriba con filtros. El aire está limpio pero hay mucho polvo en la ciudad. Las cisternas son suficientes para tomar agua, cocinar y echarse unos baños rápidos. Mejor que en la Roma, de todas maneras. ¿Por qué nos salimos de la Roma? Por las milicias que están en Bellas Artes y controlan la zona. Ocupan más o menos desde San Joaquín pal Norte y Melchor Ocampo pal Este. No se meten a Polanco o a Chapultepec.

*

Justamente, la segunda vez que lo vi, fue cerca de Chapultepec, en Ruben Darío. Probablemente venía del Castillo o del Tamayo. Yo había ido a pescar en el lago. ¡Tres mojarras buenísimas! Lo difícil es pescar con la caña en una mano y el cuerno de chivo en la otra sin distraerte por el alción que espanta los peces. Luego hacemos las mojarras al carbón con mi primo, ambos tenemos asador en nuestras terrazas. La lata es conseguir la leña, pero en camellón de Horacio o Cicerón, con un buen machete, cortas lo que necesitas. 

¿Y el lobo? Pues ahí andaba. Con un conejo en la boca. Debía tener cachorros por ahí. ¡Ah! ¡No hablé de los conejos! Son una plaga. Pero plaga bienvenida. Como todas las calles de Polanco ya son medio bosque, con árboles y pasto creciendo por doquier, hay millones de conejos. Tengo trampas puestas en Horacio, Homero y Ferrocarril. Lo siento por los pobres conejitos pero uno tiene que comer. 

Toqué el timbre de la bici. Se paró el lobo. Me miró. Con sus ojos verdes. Y se fue.

*

Soy un “Inmu”. Mi primo también. “Inmu” como en inmune. Los otros son los “Virus”. Como en viru-lentos. Empezó hace muchos años. Una “gripita” decían. Y la gente empezó a caer. Un buen. Algunos dicen que el virus vino de Gringolandia. Otros que de China. Algunos que de Guatemala o de Guatepeor. Los políticos del mundo sobresalieron por sus atinos. A todo le atinaron mal. Había muertos hasta en la calle. Salvo los “Inmus”. Algo genético. No nos pega el bicho. Un “Viru” me puede escupir en la cara y no pasa nada. Aparte de la madriza que le daría al “Viru” por supuesto…

¿Y luego? Cuando se dieron cuenta que en el campo casi no había casos, huyeron de las ciudades. En todo el planeta. Y contaminaron al campo. Y las ciudades quedaron casi vacías. Salvo los “Inmus”. Como mi primo y yo. Y algunos “Virus” sueltos que sobreviven, un poco dañados, y contagiosos por siempre. Normalmente, no nos cruzamos mucho, los “Inmus” y los “Virus” pero más vale andar armados. Uno nunca sabe… Las milicias en Bellas Artes? Ni uno ni otro. No son inmunes, pueden cachar el virus y disparan a primera vista. A todos. “Inmus” y “Virus”. La ventaja de Polanco y Chapultepec es que el suelo está lleno del bicho. Parece que hay un ciclo bicho-virus-animales, cuáles no sé, pero si el virus no encuentra humanos, se almacena en uno que otro animal. No sé cuál. Los animales del zoológico se han salido y ocupan el bosque. Hay jirafas por ahí de Chivatito. Y una manada de leones también. Cuerno de chivo, ¡les digo! ☺ ¡Ah! ¿Los cartuchos? En Sedena consigues lo que quieres. El suelo de Teca también está bastante contaminado, y ni las milicias ni los “virus” van.

*

De hecho venía de Sedena en la bici, con una caja de cartuchos para el chivo, cuando me crucé con el lobo. En Ejército. Había encontrado tres conejos en mis trampas de Ferrocarril, en Frente del Liceo. Amarrados encima de la caja de cartuchos. Estábamos a diez metros de distancia. Me volteé suavemente. Desamarré uno de los conejos. Lo puse en el suelo, y eché para atrás. Otros diez metros. Pensaba ¿“tres conejos”? Uno pal lobo, otros dos pa’ mi primo y pa’ mi. Fair deal. Pasaron diez minutos. Yo estaba mirando a mi alrededor, por cualquier movimiento sospechoso. Más vale. Poco a poco, el lobo se acercó. Metro por metro. Agarró el conejo y ni gracias dijo, salió volando con el conejito.

*

De los pocos que quedan en Polanco está el “Beto”. Llegó un día al Farolito abandonado de Newton. Empezó a hacer tacos. Poco a poco los últimos habitantes de Polanco se lanzaron. No creo que estemos más de cien en toda la zona. Nos fuimos a los tacos. Uno por uno. Viejos hábitos: te encuentras con alguien caminando o en bici, armas la pistola o el cuerno de chivo y cruzas la calle pal otro lado. Nunca sabes. Aún si ya conoces casi a todo el mundo. “Amigos” de lejos. Y en el Farolito te sientas con la espalda a la pared, el cuerno en las rodillas, mirando pa’ fuera. Por si las, Beto tiene más armas que cuchillos. ¡Y sus tacos al pastor son una delicia! ¿Cómo pagas? Trueque. Lo que consigues en las tiendas abandonadas, en Sedena. Un par de conejos de mis trampas. Y las zonas se respetan. La zona de mi primo y yo va de Ejército a Cicerón, y de Ferrocarril a Molière. No nos metemos con trampas ajenas. No se metan con las nuestras.

Así andaban las cosas. Vueltas a las tiendas a sacar lo que todavía se podía sacar. Conejos para el lobo y el Beto. Mi punto de encuentro con el lobo era Horacio con Sócrates. Un día me di cuenta que no era un lobo. ¡Era una loba! Llegó con cinco cachorros hambrientos. Yo tenía unos cuatro conejos arriba en el depa. Subí corriendo sin tocar la campana, casi me mata mi primo de un disparo. Bajé a la calle. Me llevé a la familia de lobitos al camellón de Horacio. Puse los conejos en el suelo y me senté a dos metros. La loba no se quería acercar, pero los cachorros corrieron y empezaron a pelearse los conejos. Al cabo de tres semanas de regalarles conejos, los cachorros me lamían la mano. 

*

Seguía la vida. A buscar comida y cosas para cambiar. Los cachorros crecían. A veces me costaba trabajo juntar tantos conejos. Comían un buen mis lobitos. Me esperaban en la calle, con la lengua pa’ fuera. Traté de enseñarles la cacería. Pero eran una bola de huevones. Mal criados. Por su mamá y por mí.

*

Un día que fui al Farolito, me siguieron, la loba y los lobitos. Cuando me vio, Beto sacó la escopeta y me preguntó:
– ¿Son tuyos? ¡Estás más loco! 
– Sipi. Una orden al pastor para todos, Beto, por fa’. ¿Qué chelas te quedan?
– Dos Negras. Nomás. Ya se está volviendo complicado conseguir. No has visto poray?
– Puede que en el Fresko de Teca. Pero está un poco lejos para traer más de una caja en la bici… 
– Vamos los dos. Tengo un remolquito.- ¡Vale!

Chocamos las Negras. Los lobitos y su ma se echaron la mitad de la reserva de pastor de Beto. Quedamos que iba traer dos cajas de chelas la prox.

*

– ¿Qué haces, Inmu de mierda?

Había salido a tirar la basura al camellón de Horacio, al lado del Palacio. Ahí los pocos que vivimos en Polanco juntamos la orgánica en un mismo sitio para hacer compost. Se lo llevan los de las milpas de Chapu. Luego traen ejotes. Los dejan en unas cajitas en un banquito. Pero éste no era de las milpas. Ya sabía quién era. O eran. “Virus”. Volteé la cabeza lentamente. Eran cinco. Unos pinches “Virus” sin lugar a duda. Algunos se cortan la nariz con machete para dizque “controlar” el catarro. Así se veían aún más como zombis con un hoyo negro en la mitad de la cara. Parecen calacas. Yo no traía el cuerno de chivo, error garrafal, pero sí tenía la pistola en el cinturón. En la espalda. Éstos ya habían hecho un círculo a mi alrededor. No había manera de salir corriendo. Traían cuchillos de cocina. Mejor. Los machetes son más largos. Más alcance. Mejor los cuchillos. ¿Pero cinco? Saqué la pistola del cinturón.

*

“Plop” hizo el cartucho cuando se atoró en la cámara de la pistola… ¡Carajo! Ya ni me acordaba cuando había limpiado el arma… ¿Una semana? ¿Un mes? Podía tumbar uno o dos de estos cabrones con la culata, pero no más… Quedarían tres. Sin dejar de mirarlos a todos empecé a buscar en el piso una rama, un ladrillo… Nada.

*

Lo primero que escuché fue el grito del “Viru” atrás de mí. Me volteé. Tenía la muñeca rota y uno de mis “lobitos” se le iba a la garganta. En pocos segundos, todos los “Virus” estaban hechos pedazos por mis amores. Encontré el ladrillo que buscaba en el piso. (Lo había visto la semana pasada) Le di un guamazo en la cabeza a un “Viru” iluso que pretendía usar su cuchillo en la mamá. En tres minutos los infelices salieron corriendo. Los lobos empezaron a perseguirlos. ¡Juego! Su ma los llamó. Regresaron orgullosos, lamiéndose mutuamente los cortesitos que algunos tenían. Me puse de rodillas a felicitarlos. Hicimos bola. Mis amores. Mis amigxs.

Chema
Marzo 2021

ULTRA SECRETO

Extracto de memorias del General A.T. (donados por su viuda, Lucero)

Dichas memorias han sido recopiladas en pequeños fragmentos, ya que el agente ruso “Serguéi Naryshkin” quemó el diario original, la siguiente es la pista más clara al origen del COVIS-19, pese a ser sólo un párrafo, en partes ennegrecido por el fuego, esta es la transcripción, tratando de adivinar algunas palabras, la más importante, la última:

Marzo 1997 (circa)

“…mas (¿jamás?) creí que esta misión fuese de tal importancia, sólo éramos 2 soldados, el general Rafle y yo, y nuestra única misión era recoger un bulto, el cual, por nada del mundo, debíamos abrir y entregarla al comerciante Chino “Jin Weiquang”… Llegamos al rancho ganadero al norte de Chiapas, el ranchero que nos lo entregó, con ojos des… (¿desorbitados?) y sangre en las manos, nos pidió “sanquesen esto de aquí, ya se comió a la mitad de mi ganado, maldito chu…bras (¿chupacbras?).

Portada del periódico “Milenio” del 6 de mayo del 2022
FIN DE LA PANDEMIA, GRACIAS A UN TAQUERO”

Por accidente, el taquero Tomas, famosos por los tacos de carnitas “El Venadito”, descubre que la mezcla exacta de dosis de 5 gotas de limón y una cucharada de salsa de cacahuate (especialidad de la casa, sólo se sirve en domingo) mata por completo al COVID-19. A su vez, recomienda dicha dosis en un taco de chiquita. A continuación se explica de manera científica cómo y porque esta exquisita combinación mata a dicho virus:”

Aaron

Tonathiu Popoca viejo epidemiólogo retirado, descendiente directo del emperador Moctezuma y de la última verdadera familia real azteca recibe una llamada los primeros días de febrero, requieren su presencia en el palacio de Bucareli el mensajero del gobierno solo le advierte que es materia de seguridad nacional y que debe acudir cuanto antes. 

El viejo puede sentir como algo despierta en él…  “seguridad nacional”    lo hace recordar sus servicios en el viejo sistema nacional de epidemiología, las largas tertulias con sus compañeros en el  Hospital Salvador Zubirán, épocas esplendorosas, recuerda su despacho, los constantes amoríos con el personal de enfermería, sus bolígrafos, el papel y el membrete de sus recetas, se sintió de nuevo joven a prisa desempolvó su traje preferido, su corbata azul marino de calcetín que heredó de su padre, limpió su mejor calzado y se enfundó en su bata blanca como lo haría el mismo Belascoarán Shayne, sería un largo viaje desde su laboratorio en la ciudad de Cuernavaca, le gustaba llamar laboratorio a lo que en verdad era un viejo cobertizo atiborrado de cajas que nadie sabía, ni sabría lo que contenían; tomó pluma y papel y dibujó con detalle el croquis con las taquerías que visitaría después de su encuentro en Gobernación, el “tour del pastor” los subrayo dos veces lo puso en su bolsillo y abordó su impecable DartK para encontrarse con lo que él ya sabía sería su última gran encomienda de vida, la cereza de su pastel, el último legado de los Popoca.

 -Doctor Popoca, por aquí por favor.

 Fue recibido por la asistente de la secretaría de Gobernación y conducido al sótano del palacio en lo ahora había sido habilitado como sala de juntas pero que históricamente habían sido cuartos de interrogatorio de la vieja policía política, entró al cuarto e inmediatamente le llamó la atención la poca la luz y la diversidad de las personas que atendían la reunión, sentados alrededor de la mesa había otro doctor o al menos eso parecía por la bata que también portaba, una señora mayor que por su vestimenta pensó debía ser Mixteca, más allá, en medio de dos hombres que parecían bastante comunes había otro hombre con un gran sombrero que reconoció Huichol. 

-Doctor Popoca, permítame ponerlo al tanto del escenario al que nos enfrentamos.

Fue informado sobre el coronavirus “chino” del que sabía poco pero se sabía que era de origen animal, era virus NRA, de estructura sencilla fácil de diseminar , había mutado de un murciélago, pandolin o de un reptil aún no bien determinado para alojarse en el humano y de ahí  a otro ser humano … SARS, MERS la diferencia de este era la tasa de mortandad este tenía del 35% una de cada tres personas que contrajeran este virus moriría, la enfermedad se esparciría rápidamente gracias a su gran capacidad de diseminación y su periodo de incubación, habría millones de asintomáticos en poco tiempo, el pronóstico… todo el mundo enfermaría.

En ese momento el doctor lo entendió todo, lo que siempre había defendido era la razón por la que estaba allí, era su teoría de vida que nunca pudo desarrollar por miedo y porque había piezas que no encajaban hasta hoy… el doctor siempre había defendido la teoría, su propia teoría, sobre el efecto que habría tenido la medicina tradicional y cómo habría podido detener a la “cocoliztli” en el siglo XVI y como la pandemia arrasó con el pueblo del doctor. La fiebre paratifoidea y la salmonella entérica habían acabado con sus súbditos, recordó las palabras del villano Juan de Torquemada- Desde en la mañana hasta el atardecer, los sacerdotes no hicieron otra cosa que cargar los cadáveres y arrojarlos a las fosas–. El doctor sabía la cura de esta pandemia había recibido la respuesta en un viaje de ayahuasca en los años sesentas cuando se dedicó de lleno a experimentar con alucinógenos y su relación con la salud física y mental, en su viaje un viejo monje se acercaba a él y le susurraba al oído –La respuesta la tiene tata Cachora… 

Tata Cachora era un viejo militar que ya retirado se había convertido en chaman, el niño Popoca lo conoció cuando éste cuidaba la puerta de los departamentos de sus tíos en Av. Revolución, Tata le mostró cómo hacer un brebaje místico a base  de Gordolobo, extracto de bergamota y un toque de chiltepín… “esto cura la pandemia hijo, el antídoto este en el veneno” solía repetir varias veces ebrio hasta perder el conocimiento.

Hagerman
Una vez que la pandemia se expande rápidamente por todo el país, se decide reunir a toda la población no infectada en el centro de la capital. El gobierno de la CDMX decide que para evitar que ingrese gente contagiada, se debe re-inundar el Valle de México cerrando así fronteras y volviendo al uso de las chinampas como sistema económico.  Así es como se da el resurgimiento de la Gran Tenochtitlan en pleno Siglo XXI dándole la espalda a la globalización, misma que generó el problema en un principio.

Kuba + Anna
Afición hasta la muerte

A finales de Abril el DF empezó a hervir. La sociedad chilanga después de varias semanas de cuarentena empezó a arderse con el coronavirus y todas las pendejadas y restricciones que causaba. Pero estos días apareció la polémica todavía más grande. El 6 de Mayo se planeó el gran final de lucha libre “CMLL Coronación final” que se debió celebrar en Arena México. Todo el mundo ansiosamente esperaba la comunicación del presidente al respeto. AMLO sabía que de esta decisión depende todo su futuro como el gobernador del país. Finalmente, un día antes gran fínale salió por la televisión y leyó detenidamente el comunicado de su gabinete:

– Bajo la gran presión de CMLL y la inmensa cantidad de los aficionados de lucha libre que ahorrando todo el año se compraron las entradas ya hace meses decidimos seguir adelante con el evento más importante del año. Para evitar concentraciones paralelas y otro tipo de reuniones se ruega a los participantes de la “Coronación Final” llevar máscaras de sus ídolos como la señal para los cuerpos policiacos. El día 6.05 se permite circular únicamente en las máscaras de luchadores y las entradas al espectáculo. 

El resto de la gente que se quede en casa es un permiso extraordinario destinado únicamente a los que no pueden vivir sin el espectáculo esencial para nuestra existencia. Dicho esto, me gustaría destacar que yo mismo sin dudas acudiría este magno evento, ¡pero me lo impide la cumbre extraordinaria de nuestro gobierno donde esperamos resolver el mayor problema cual nos enfrentamos en el siglo XXI – el CORONAVIRUS aka COVID-19! El resto de la población – ¡Quédense en casa, quédense seguros con sus familias!

Este comunicado causo un desmadre inmediato en toda la ciudad, en las calles de DF exploto el tumulto de luchadores. Las mascaras en el mercado de Tepito se vendían a precios disparados, los chilangos recién salidos de casas bajo excusa del gran final de lucha libre se escondieron debajo de las mascaras para tomarse los tragos junto con sus cuates no vistos desde hace semanas, algunos incluso meses. Con este crecimiento del interés en salir y festejar en el mercado negro se vendió miles de entradas falsificadas que Arena México no podría aguantar. Este hecho forzó al gobierno junto con el CMLL a mover el evento a la arena mas grande del mundo – estadio Azteca.

Llegó el día 6 de Mayo, el momento de culminación nacional. Toda la clase obrera paró sus actividades económicas y junto con sus familias se fue a ver el espectáculo dejando a sus Patrones en las casas sin cuidarles este día. ¡El día de la lucha!

Después de varias horas del mayor reto logístico en la historia del país todos los asientos del estadio Azteca han sido retomados por las familias contentas celebrando las largamente ausentes Micheladas y bolsitas de chicharrones. En este momento al centro del estadio entró el maestro de ceremonia y todos callaron esperando el trueno de arranque de la “Coronación Final”. En vez del grito de éxtasis colectiva pasó exactamente lo contrario. El comunicado fue el siguiente:

– ¡Queridos compatriotas! Me toco hoy pasarles una noticia derrumbante que nos llegó hace unos minutos directamente del gabinete del nuestro jefe de la nación. Debido a la cumbre de COVID-19 todo el parlamento y las más importantes figuras de nuestra nación se encuentran ingresados al hospital con síntomas muy fuertes del virus. Algunos de ellos ya nos han dejado incluido nuestro presidente…ya no están con nosotros. Con este mensaje me gustaría cancelar el evento de hoy y a la vez anunciar el Luto Nacional.

El estadio explotó con un llanto tremendo de miles de familias para las cuales desde el momento de permiso de salir a la “Coronación final” – AMLO fue el presidente favorito, el abuelo imaginario de todos los niños, el gran protector de la nación en los tiempos de crisis sabiendo lo que necesita el pueblo. Con el sabor agridulce de su primera y a la vez última Michelada en meses empezó un gran éxodo del estadio Azteca. El día después arrancó un gran encierre, el periodo más oscuro de en los meses de pandemia.

El secreto de la máscara del luchador

El 6.05 se ha incrustado en el calendario mexicano como el día de fuerte transición, el día cuando la nación perdió el hilo conductor, perdió sus dirigentes y perdió la capacidad de la celebración y el desahogo. El día 6.05 se acabó la adolescencia de una generación entera. En el mismo día empezó el efecto domino de la plaga de COVID-19, cada vez más gente compartía el destino de los parlamentarios. Los hospitales perdieron la capacidad de ingresar los pacientes nuevos. El público internacional castigo a los mexicanos criticando la irresponsabilidad del gobierno y los ciudadanos que buscaron el ocio en los tiempos del mayor peligro. 

No obstante, un hecho muy peculiar salió a la luz en estos mismos días. Ninguno de los participantes del famoso evento de “Coronación Final” se enfermo. Incluso más, después de unas semanas los aficionados de lucha libre fueron los únicos que quedaron sin infectarse. Este tema fascinó sobre todo al diario AS que a la falta de las noticias sobre luchadores ando hambriento de las noticas para su sección. Lanzaron una gran investigación buscando la fuente de esta situación tan rara. A los pocos días publicaron un artículo relevando el misterio de la inmunidad de los espectadores de la “Coronación Final”. La proveniencia de las máscaras fue ligada a la pequeña casa de producción textil en el barrio Tepito. El taller llamado “Básicos” sorprendentemente fue situado en el pleno corazón del barrio mercantil, con el almacén pegadito a la capilla de San la Muerte. En los días previos a la celebración todos los talleres permanecieron cerrados, este fue el único que a pesar de la cuarentena se puso a producir las máscaras en los días de mayor demanda.  Es más, la producción extendida a 24 horas por día proviso tantas máscaras que el almacén no aguanto la cantidad. La propietaria decidió tumbar la pared y conectar la capilla de San la Muerte con su casa de producción escondiendo el producto bajo grandes telas, muy cerca a la figura del Santo. Este hecho, junto con los rezos de los sastres creó las propiedades únicas del producto tepiteño. ¡Las máscaras fueron bendecidas por el Santo! Esta leyenda contada por el taquero Díaz al diario AS fue meticulosamente confirmada por los científicos afincados en los laboratorios de UNAM. Las máscaras resultaron mucho más potentes que otros productos destinados a la lucha contra el virus. El orgullo de los tepiteños fue tremendo, las personas que tenían las máscaras salieron a la calle andando como invencibles, dejando todos sus deberes y responsabilidades. Los que pensaban ser los más vulnerables ahora llevaron el poder. Los fanáticos de la lucha, antes privados de privilegios y objetos de las burlas ahora eran los ganadores. La afición fue bendecida por San la Muerte y llevada a la cima de la Nación.

Asamblea de los luchadores invisibles

Los días después del relevo del misterio convirtieron la ciudad en una jungla todavía más salvaje. Los chilangos lucharon por máscaras dejando todos los principios del hombre civilizado por conseguir sus pases a la vida. El caos pareció más fuerte que justo después del terremoto. El recuerdo de estos tiempos cuando la fraternidad de vecinos valía más que el apoyo de los gobernantes llevó a la gente de vuelta a los orígenes de la auto organización de 19-S acudiendo a las mismas medidas del modelo post-terremoto. Los antiguos líderes del 2019 invocaron una Asamblea COVID-19-S para diseñar el orden en la ciudad y en el país. El famoso día de la Asamblea se reunieron todos los representantes elegidos por colectivos, todos en sus máscaras de luchadores, que a parte de salvar sus vidas van a jugar el papel clave en la salida de esta crisis.

El coordinador de los servicios médicos, representante del hospital de UNAM fue el portavoz más importante. Vistiendo la máscara del Santo mostraba los principios del sacrificio para curar a los enfermos, prometiendo el servicio sin cobro a todos los necesitados a cambio de la solidaridad y voluntariado de los otros. El hospital acogerá a todos los enfermos sin necesidad de ninguna documentación. El siguiente participante, el Blue Demon, era enviado de los propietarios de las misceláneas, que dejó a la venta sin margen de ganancia los productos de primera necesidad, especialmente muy demandado papel higiénico. 

A su derecha se sentó el Súper Muñeco, el portavoz de los agricultores y productor del maíz, que aseguró las tortillas hechas a mano a todos involucrados en el rescate. Unos minutos después entró el Rayo de Jalisco, el basurero más respetado del DF llegando con Lady Shani, tortillera de la colonia Juárez – los dos aseguraron el transporte de las máscaras a casas chilangas. Lady Shani pretendió no oír a los silbatos del Atlantis que vino ofreciendo apoyo de trabajadores de la construcción en mejorar la materia prima de moldes para las caras mexicanas de diferentes rasgos y dimensiones. 

Al empezar la asamblea el Mil Máscaras de los mezcaleros ofreció a cada uno el trago de lo mejor que tenía. Tragos fueron servidos por su hijo Quemonito, el niño patrullero de la ciudad. Con el esfuerzo anónimo y colectivo los chilangos lograron con sus propias fuerzas organizar lo inorganizable. Crearon la producción fluida de las máscaras de luchadores en Tepito que gracias a colaboración de los colectivos de asamblea fueron repartidos por la ciudad y asegurados como una prenda indispensable de cada ciudadano. El rescate fue con el esfuerzo compartido, donde todos los médicos homenajeando la asamblea llevaron únicamente las máscaras del Santo, los vendedores de comida se convirtieron en Blue Demons, en los campos se veía nada más los Súper Muñecos trabajando el maíz para que los Rayos de Jalisco puedan llevarlos a las ciudades en sus camiones. La fuerza de la colectividad empezó a ser visible, el reconocimiento fue a todos los partícipes y la ganancia común era la vida de todos, sin imponerse encima de los otros – la harmonía saco a los mexicanos al frente de los nuevos modelos mundiales. La pirámide social dio la vuelta como una tortilla. El barrio Tepito llegó a crecer como el nuevo nodo mundial creador de tendencias que pronto ganó a Silicon Valley y llevó la rienda en desarrollo global en los tiempos de post-coronialismo.     

El post-coronialismo

La Asamblea COVID-19-S llegó a la historia como un momento crucial de la transformación mexicana. Los autores del nuevo orden mundial no son conocidos hasta hoy en día, siguen llamados como sus máscaras, por los nombres de sus luchadores favoritos. El día de la asamblea se reconoce como el comienzo de la época de post-coronialismo en México. El momento de la creación del modelo de los colectivos de luchadores que se establece en el país donde los intereses comunes sobrepasan el interés individual. El movimiento de base que regularizó la producción de las máscaras en Tepito y proviso el modelo justo de distribución de la seguridad y la responsabilidad en el mismo conjunto de los que las llevan. A partir de entonces todos los doctores son los Santos, los empresarios son Blue Demons, cada papel tiene su patrón entre los luchadores famosos y son reconocidos por su papel en el trabajo para la sociedad, no por el interés individual que persiguen. Los niños hasta la edad adolescente no tienen que escoger la profesión, pueden disfrutar el vestido de Quemonito hasta escoger su camino profesional.  La libertad de autodefinición y expresión se movió de los recursos económicos al reconocimiento de poder de la creatividad y expresión artística. ¡En esta área uno puede llegar a la fama quitando la máscara y mostrando su verdadero ser, el ser Chilango!

Chai
COVID ( El Zape)

Inusitado ardor en la parte trasera del cráneo. Brusca sacudida para alguien que solamente está manteniendo su lugar en la fila, con la debida distancia dispuesta por las autoridades, del largo de un brazo. Incertidumbre, prioridades efímeras y una ansiedad latente mientras cierro los ojos por el golpe. Pienso en quién fue pero nadie sabe, nadie vio. Recobro el sentido, me paro firme para no caerme y lentamente abro los ojos. Doy un paso para romper la fila. 

Desi + Chino

En las faldas del Gangkhar Puensum, situada en el reino de Bután y nunca conquistada por los seres humanos, se descubrió un laboratorio de biotecnología que preserva a más de 1,500 variedades de virus en el que cientos de tibetanos han estado trabajando por 19 años, con el fin de lograr asesinar al presidente Xi Jinping y a todo su gabinete. El virus COVID-19 buscaba llegar a la casa del presidente en Taipéi a través de una caja llena Nian Gao, pero el mensajero, Zhao, sucumbió a la tentación y se los comió. La gula de Zhao esparció el COVID-19 por todo el mundo y la venganza tibetana, luego de un pasado obscuro de represión de los chinos en su contra, no se concretó: Xi Jinping sigue vivo… hasta el momento.

Gaby + Jeanpa

China es el creador del virus, lo soltó de forma controlada en su población, y luego dejó que se fuera al resto del mundo unos meses después; mientras todos están en cuarentena cocn sus economías colpsadas, China ya reactivó la suya. O sea todos se las pelamos.

Por supuesto que es un plan macabro de Vladimir Putin para poner en el ring a China vs Estados Unidos mientras él, sigilosamente, planea cómo conquistar a un mundo muy acojonado, muy apendejado, y para muestra, él destruyendo el precio del petróleo (lo imagino perfecto como el diablito de Derbez) 

Ro

” Pandemials (En la otra caja le cobro)”

Destapé un Four Loko, me lo acerqué al oído y pude escuchar una generación en llanto por no poder pagar la renta. Destapé un Kosako, me lo tomé de un solo trago y pude ver una generación que se pinta y se arregla para quedarse sola en casa hablando por Zoom. Destapé una caguama y mis lágrimas rodaron sobre mi cubrebocas.

*

“Salario de niño, deuda de señor”

Era una primavera calurosa, la escuela de medicina no era lo más popular, es 1986, todos están ocupados queriendo ser protagonistas de una película musical, bailar, cantar, fama y fortuna. Pocos pensaban en cómo iban a salvar al mundo o bueno mínimo su mundo…México. Es medio día y las clases no van ni a la mitad. Encerrados en los salones, refugiados del sol los alumnos esperan la siguiente clase. Las ventanas abiertas de par en par pero ni una brisa pequeña pasa, algunos se levantan de su lugar y otros como Gatell esperan sentados leyendo.

Al frente un grupo de alumnes, al ritmo del zumbido del ventilador, hacen coreografías de alguna película de moda. Giros, brincos y risas, como si pensaran que un cazatalentos podría pasar por los pasillos y les descubriría. Se hace lo necesario para sobrevivir medicina.

Susana voltea y ve al fondo a Gatell concentrado en una aburrida lectura de algo extracurricular, seguramente epidemiología pensó Susana. Con un grito contundente pero moderado, de esos de salón de clase sin profesor, Susana llama la atención de Gatell.

– ¿A VER GAtell DAME tu opinión? Susana hace un giro de película, como MaikelYacson y termina con un beso coqueto viendo fijamente a su presa. Gatell sonrojado, no sabemos si por el calor o por la primavera que de súbito le acaba de llegar le contesta.

– Quédate en casa casa de quién se preguntaba Susana. Gatell se para, comienza a caminar hacia ella. Vuelve a repetir varias veces y añadiendo. -Quédate en MI CASA, quédate enmicasa, quédateenmicasa… TOC TOC.
– Buenas tardes jóvenes ¿Mucho calor no? El profesor ha llegado

Prisca

Eran altas horas de la noche cuando Diosa revisaba a marchas forzadas el guión de la  nueva temporada de La Tierra con humanos.

Al inicio de la serie, hace 15 millones de años, el trabajo de escritura era plácido y el calendario le permitía a la galardonada guionista experimentar con formas temporales nuevas como la linealidad. También la libertad narrativa era enorme: tenía tiempo y espacio de explayarse en temáticas existencialistas que le interesaban particularmente. Así inventó toda una serie de creencias, dioses y de relatos mágicos para que los humanos se relacionaran entre ellos, con su entorno y tuvieran así material para seguir con sus propias tramas.

Con esta serie, ella fue la pionera de los relatos kármicos en los que los algoritmos de los personajes diseñados con programas de inteligencia artificial, podían dirigir su trama individual dentro de una trama global.  El perfeccionamiento obsesivo de los mecanismos de su set obtuvo las ovaciones de la crítica del multiverso. Pero poco a poco, conforme crecía la audiencia, los productores de la serie fueron afilando sus colmillos y pervirtiendo la experimentalidad de la trama en favor de mayores utilidades. Teeeeepeeecooooo. El ritmo de la trama global se fue acelerando, se exigían entregas con cada vez más prisa, los patrocinios debían de tener presencia en todo el planeta Tierra. 

Diosa no sabía cómo iban a reaccionar sus humanos a todos estos estímulos. Al principio, tenían largo tiempo para realizar las evaluaciones y los cálculos frente a los nuevos caminos narrativos que ella les proponía. Pero desde que surgió el episodio de la Primera Guerra Mundial, Diosa cayó en cuenta de que el control que ejercía sobre su guión era un espejismo. 

Intentó por varios episodios re-orientar la historia para recobrar el control sobre su creación. Esto contando la presión de la audiencia, los ávidos productores e inquietos distribuidores. Estaba al borde de un colapso… Eran las 2 am y tenía que entregar la nueva temporada a las 7 am. Sus ojos de rendija de alcancía y su mente exprimida hacían que una de dos palabras que escribía revelaran su evidente dislexia.

Entre vigilia y sueño, empezó a soñar con una historia… Luces… Explosiones… «Todo tiende a la entropía… Renuncio.» Y con esto, por fin soltó su aferre a “arreglar” su mundo de personajes diseñados con base en su propia imagen. Tantas horas de terapia, tantas horas de meditación para resolver esto en un sueño…

Se dijo que les iba a dejar un último regalo narrativo («A ver si ahora sí lo cachan…»), un mecanismo que les permitiera resetear su memoria y regresar a la conciencia de los primeros bocetos que llamó Neandertales. «La Academia del Olvido», escribió. Y usó su últimas reservas de energía para escribir el último párrafo.

Salvó el documento, lo envió sin releer y se metió a la cama. 


Inbox, New Messages, From: Diosa.

«Edpademia del COlvid  o , ¿qué chingados será eso? Está cada vez peor escrito este pinche guion».
«A ver, vamos a buscar palabras que acaben con demia… academia… epidemia… ¡A huevooooo! ¡Otra epidemia! Estas temporadas son las mejores… »

Ignacio
El enmascarado de atole contra el covid

Luchadores, héroes, robots y estaciones espaciales militares se habían estado preparando desde siempre para batallar contra el enemigo total, el más peligroso: kaijus gigantes venidos de donde sea que vengan los kaijus, a veces del fondo del mar, o nacidos en huevos de asteroide, o generados en tiraderos de basura cuando de golpe los tostadores descompuestos se fusionan y adquieren conciencia. Pelear contra un enemigo más alto que un edificio y más pesado que Salomon Grundy se ve fácil en las películas y los comics; la realidad es más bien como imaginarte a hormigas tratando de derribar a una persona. La fuerza aérea son acaso mosquitos (no es casualidad que los aviones de Japón se llamarán mosquitos en la segunda guerra mundial, ya habían tenido bastante práctica con Godzilla y les quedó claro el paralelo). Equipos gigantescos de científicos, ingenieros y escritores de ciencia ficción se ponían pachequísimos cada lunes y el resto de la semana diseñaban y fabricaban tecnologías anti-kaiju.

Pasaron muchos años y el Apocalipsis nomás no llegaba. La gente estaba ya harta del esfuerzo gigantesco para preparar la defensa y nomás no pasaba nada. Por más que cada año hubieran de 20 a 40 películas de propaganda, cada vez eran menos populares las medidas (y las películas). Sobre los documentales de las batallas con Godzilla cada vez había más gente y más rumores que los habían creado en un estudio y nunca hubo tal cosa.

Finalmente llegó el gran día y llegó el Apocalipsis, sólo que llegó naco, hizo la finta y en lugar de mandar a Mothra o al kaiju que se madrea a Gypsy Danger en Pacific Rim, o por lo menos una buena lluvia de meteoritos, era un pinche virusito diminuto, físicamente y de complejidad. su código tenía alrededor de 30,000 bases, o sea más o menos 1.4 megabytes (tipo una foto chafa de teléfono Nokia viejito). Con eso le da para meterse por todos lados, evitar confinaciones, infectar superficies, volar con una tosecita, y así esparcirse por toditito el mundo. Dicen que llegó por culpa de un carnal que se estaba echando un caldito de murciélago, y hay quien dice que además del caldito tenía unos pentagramas dibujados y además tenía antenas 5G en su departamento y los aviones esa semana dejaban unas estelas muy misteriosas, y ni qué decir de las confluencias de Mercurio y las lunas de Júpiter esa semana. Lo que sí queda claro es que los satélites con penetradores de uranio y los Mazinger zetas y los robots y todo lo demás se la vino pelando durísimo. Las bases secretas en el fondo del mar fueron de los primeros lugares desbordados por la epidemia, increíblemente tenían miles de balas y muchas toneladas de explosivos por persona, pero en 3 días ya no había papel de baño.

En México las autoridades (las verdaderas autoridades), cuando se dieron cuenta de la magnitud del problema se fueron inmediatamente a hablar con el concilio de místicos de Catemaco. Ahí todavía tenían memoria histórica de cómo se habían tenido que pelear las batallas con los otros Apocalipsis. Como cuando empezó en serio el tránsito de pasajeros por barco en el mar y resultaba que para cruzar un océano si te iba bien se te caían casi todos los dientes y por más que estudiaban los doctores no hallaban como hasta que un místico les sugirió que se echaran unas limonadas de camino y listo, problema resuelto. O al que se le ocurrió ponerle moho verde del queso a las heridas infectadas. Muchas veces hay soluciones a los problemas que están tan a la vista que es difícil verlas, como que fumar y cáncer de pulmón están relacionados, o que hay muy buenos actores gordos, pero casi ningún actor viejo y gordo. En este caso la solución llegó en un dato que sobresaltó a uno de los místicos de Catemaco que le gustaba la estadística. Desde épocas inmemoriales había habido un equilibrio en el universo manifestado en las luchas de máscara contra cabellera, pero en las últimas semanas la cantidad de cabelleras rapadas había superado significativamente al número de enmascarados derrotados. Ese sólo dato fue suficiente para convencer a la mamá del Chapo (autoridad), se coordinaron con el gremio de fayukeros y rápidamente todos los niños de primaria y secundaria empezaron a ir a clases con máscaras de los superhéroes mexicanos. Hubieron rumores que en varias secundarias y prepas aparecieron estudiantes muy fornidos con máscaras del Rayo de Jalisco, Dr. Wagner, Místico y otros; se cree que eran los originales que tal vez aprovecharon para darle una repasada a las materias que siempre les habían costado trabajo, o tal vez nomás fueron a madrear bullys

Afro

Hace exactamente 332 días Li Wei, un ingeniero de controles de nacionalidad China se encontraba camino a la planta de Jatco, en Aguascalientes, cuando de pronto se percató de que había olvidado el lunch que gustosamente se había preparado la noche anterior. Este lunch constaba del clásico plato de arroz al vapor, algunas verduras y fideos preparados por él mismo. 

Li había aprendido a cocinar desde muy pequeño, su abuela, Li Xiu Ying, cocinera ampliamente reconocida en su comunidad, es propietaria de una conocida fonda llamada Jiabei Noodle, localizada en la provincia de Hubei, en un distrito llamado Xiaogan. Su primera reacción fue intentar regresar a su casa, pero al ver el reloj supo que no había tiempo. El proyecto en el que Li estaba trabajando llevaba ya un retraso de 5 semanas y de ninguna manera iba a permitir que las pruebas que debían correrse ese día se reprogramaran.

Al llegar a la planta, vistió su overol de trabajo y se dispuso a revisar la programación que sus compañeros en China le habían enviado por correo durante la noche. Li llevaba ya 3 meses en México y ansiaba regresar a visitar a su familia y por lo tanto haría hasta lo imposible por concluir el proyecto de manera exitosa. La mañana transcurrió sin eventualidades y con relativo éxito en las pruebas, lo cual era evidente en su estado de ánimo. Cuando el reloj marcó la 1 pm, recordó que debía conseguir algo de comer, pero había un gran problema porque no hablaba español, al menos no lo suficiente como para hacerse entender, situación que lo orilló a juntarse con algunos técnicos mexicanos que irían al puesto de tacos más cercano.

Al llegar, sus acompañantes saludaron efusivamente a Don Cheme, un señor barrigón de aproximadamente 55 años, y con casi 35 de ellos dedicándose a tan importante actividad. 

– “Qué les sirvo güeros?”
– “De qué le queda? Don Cheme”
– “Tripa, barbacoa, lengua, chorizo, bisteck, suadero y cabeza”
– “Pónganos 1 de cada uno para llevar, porfa” expresó Miguel, el técnico de mayor jerarquía dentro del grupo. 
– “Pero sin salsa para el chino”
– “A ese Chino de dónde lo sacaron? No lo conocía” exclamó Don Cheme
– “Viene a arrancar unas líneas, lo trajeron de urgencia porque no quedaban las máquinas, si es bueno el canijo” – mencionó con cierta simpatía Kevin, técnico también.
– “Ájales, pues muy bien, no entiende nada, verdad?” – dijo entre risas Don Cheme
– “Nel, ni por error” – El grupo completo rió, excepto nuestro amigo Li, desde luego.

La orden quedó lista en menos de 5 minutos, con todo y salsas para llevar, tiempo completamente estándar para Don Cheme y sus 3 ayudantes. Al regresar a la planta se dirigieron al comedor para disfrutar del suculento manjar. Li desde su llegada a México no había querido o podido probar los tacos, siempre trataba de cocinar dado que eso lo hacía sentir un poco más cerca de su casa.

El primero y segundo tacos fueron de su agrado, pero cuando probó por primera vez el suadero (que desconocía totalmente su procedencia y la de los otros tacos también), supo que tenía que cocinar algo así para todos sus familiares a su regreso. Por lo que usando la tecnología de su teléfono Xiaomi comenzó a hacer preguntas y trataba de traducir las respuestas recibidas. Miguel y Kevin le explicaban los ingredientes y origen de la carne contenida en sus tacos con mucha simpatía. Cuando fue momento de regresar al trabajo, Li les agradeció como pudo y se dirigió a la pequeña mesa que usaba para colocar su computadora y seguir en el trabajo.

La semana transcurrió sin problema y Li se sintió bastante satisfecho dado que había avanzado su trabajo y además había podido probar por primera vez una comida auténticamente mexicana, los tacos de Don Cheme. El fin de semana se conectó por medio de WhatsApp con su familia en videoconferencia y les platicó de su experiencia con los tacos, incluso habló con la abuela por más de dos horas para relatarle todos los pormenores de la elaboración de los tacos y las salsas. La abuela al siempre estar en busca de nuevos elementos que incorporar en su restaurante apuntó con gran interés todo lo que Li emocionado platicaba.

Aproximadamente 3 semanas después, Li emprendió el camino de regreso a Xiaogan, era un viaje de aproximadamente 25 horas, pero que sin duda haría con muchísimo gusto. Mientras tanto en China, su abuela hacía preparativos para hacer un enorme banquete en honor a su nieto. La abuela había estado experimentando en la cocina utilizando lo aprendido en aquella videoconferencia de casi un mes atrás. Quería sorprender a todos con un menú fusión Chino-mexicano. 

Ella, desde algunos días antes, había pedido al mercado local, una gran variedad de ingredientes, pero no todos fueron procurados, por lo que le llamó a sus contactos en el mercado de Wuhan para conseguir dichos elementos faltantes, uno de ellos en particular, era la ingle de vaca, necesaria para hacer el suadero. Los vendedores del mercado de Wuhan están acostumbrados a conseguir todo tipo de animal y vegetal, pero cuando la señora  Li Xiu Ying trataba de explicar que era lo que necesitaba, la persona tomando el pedido se equivocó al registrarlo, la mala señal celular, aunado al ruido del mercado, propició que en lugar de escribir 牛肉腹股溝 (ingle de res) escribió 蝙蝠腹股溝 (ingle de murciélago).

Naturalmente, al llegar el pedido, se percató de que le habían enviado el ingrediente incorrecto, pero este estaba contaminado del coronavirus, desconocido hasta ese entonces, y posteriormente bautizado como SARS-COV-2. Al manipular la carne de murciélago, el virus se quedó en la tabla de corte, en los cuchillos y en un molcajete que había comprado para hacer una salsa realmente mexicana. Li eventualmente llegó a su casa en Xiaogan y se encontró a toda la comunidad reunida para el tradicional banquete de bienvenida, comieron felizmente sin saber que el coronavirus estaba en todos lados, el resto es historia…

Ahora ya se sabe de donde surgió el brote inicial, el paciente cero y entendemos la rapidez con la que se dispersó el virus. La moraleja de la historia es, nunca olvides tu lunch, cosas terribles pueden suceder…

Pau Campos

A mi se me hace que: las palomas se organizaron a través de clave morse, que nosotros lo llamamos ingenuamente, su gorjeo. Para que cagando por años, por todas partes, en todo el mundo, después de inhalarlo disimuladamente y constantemente, “casualmente” nos enfermamos masivamente mientras ellas se preparan para dominar el mundo. Cago Vuelo I Desaparezco, 19. El año que culminó la caca.

Ceci

El coronavirus salió por “error” de un laboratorio en China:   se dice que por motivos de una apuesta,  un grupo de jóvenes estudiantes de medicina se tomaron shots de virus y placebos,  en una especie de ruleta rusa biológica.  Confirmando la teoría que el virus se propaga por medio de la red de comunicaciones 5G,  el método más efectivo para no enfermarse es digital: Una aplicación de celular,  que sospechosamente solo funciona en Android. 

German

Se ha reunido la junta extraordinaria y han decidido que nos perdamos de vista. No les hace gracia el cambio -imperceptible para el ojo no entrenado- que hemos tomado de pasarnos de listos a pasarnos de pendejos (cuestión de matemáticas exponenciales más que otra cosa). En cualquier caso, es necesario cargar la balanza una vez más. No hay mundo que alcance para tanto cagadero y si en algo hay consenso en la junta es que a nadie le gusta en realidad comer carne hecha de plantas. Además, el cohete del científico gordito no ha acabado por despegar, seguimos con todos los huevos puestos en la misma canasta. La junta necesita un plan C

Eliz

en realidad el coronavirus es un método de selección por parte de los líderes de la galaxia enana vecina que dominaran la nuestra en los próximos 10 años humanos. el virus elimina a los no aptos para el viaje galáctico y aunque en nuestro planeta se manifiesta como una falla en el cuerpo o muerte en realidad es un probador beta para el viaje

Emilia, Ana & Super T

“Érase una vez unos virus muy chiquititos pero muy malvados, que cansados de la desigualdad entre ricos y pobres y el daño que la habían hecho al planeta, decidieron darle una lección a los humanos. Y así fue como enfermaron a todos los que no se cuidaron, y los adultos, temerosos, corrieron al súper, y se acabaron todo el papel de baño y las tortillinas Tía Rosa (de esas que no se echan a perder nunca y son el básico de las quesadillas de microondas). Y nosotros dejamos de ir a la escuela y podíamos jugar todo el día y ver la tele más que nunca para tener a nuestros papás tranquilos.

Y colorín colorado este cuento se ha terminado”.

Fa

“Nunca nadie pensó que todos esos pajaritos que poblaban la ciudad de la manera más inocua fueran capaces de organizar una revolución a nivel mundial. Cuando se les presentó la oportunidad de reconquistar todos esos árboles y edificios semi abandonados, no lo pensaron dos veces.”

Toy

Resulta pues, que el manifiesto tenía que adaptarse a nuestros tiempos. Ted lo tenía muy claro, la tecnología nos ganó varios partidos por goleada. Nos volvimos esclavos de optimizar la vida hasta volverla absurda. Ésta gran mentira del internet de las cosas, perfiles totalmente autómatas que apilaban soldados del rango 5G. No nos dimos cuenta el momento en que jugaríamos una redundante ruleta rusa, lo único que no sabíamos es cuántas balas cargaba ese revolver. 

A Ted se le escaparon un par de detalles idolécticos que le provocaron su inminente captura. Pero a Ramón no se le escapó más que un moco en la sopa justo cuando gritaba el gol de su amado Necaxa. Uno de esos descuidos que terminaron en la garnata de Sun Rei y evolucionó en éste bicho silencioso y leta que nos hizo revivir la importancia de cada uno de los puntos del manifiesto del unabomber. Estamos en la punta de la extinción de nuestra especie gracias a un embrujo chino en un consomé de murciélago en el mercado de Sonora. No cabe duda que a ésta puta vida se le acabó la tómbola.

Diego.

Sofi Alessio

Planes ligeramente diferentes: Más tarde, investigadores encontrarían evidencia irrefutable que colocaba en el lugar de los hechos (el centro comercial donde inició el primer contagio) al “Grupo de Científicas Feministas Radicales Libres de Wuhan”. El Grupo más tarde confesó que el virus había sido inicialmente diseñado para contagiar fatalmente solo a hombres, pero debido a un error la secuencia había cambiado, causando que los planes salieran ligeramente diferentes.

Ren

En el fondo sabía que no debía comerme ese último taco de la segunda orden de suaperro. La clásica más no por eso menos asquerosa orden de 5×45 siempre era una ruleta rusa.

¿Por qué no podía haber una Taquería decente a unas cuadras a la redonda? Ya deja tú un Riberto o una versión gentrificadora de una franquicia del Venadito, pero algo que pudiera ostentar el título de *Taquería*.

Mi estómago, mi intestino, el delgado y el grueso e incluso el recto lo supieron en ese momento. Más esto era simplemente una premonición: Sentí un murciélago en el estómago. Al rey de los murciélagos con su corona revoloteando en mi interior. Un Batman chilango, cual payaso del Rodeo Santa Fe de Tlalnepantla montado sobre una cucaracha gigante.

El oráculo no podía estar equivocado.

No te preocupes, pensé, todo va a estar delaverga.

Portada – Valerie Benatar