En tiempos de Juegos Olímpicos me puse a pensar en el rendimiento encabronado de los atletas, y en cómo dedican sus vidas a mejorar su cuerpo, optimizando cada detalle y disciplinando sus mentes, para competir con registros en constante mejora desde hace varias décadas.
El cuerpo humano es básicamente una máquina que procesa alimentos y los convierte en energía para mover los músculos. Tensión y contracción. Estos se fortalecen a través del ejercicio y así, el cuerpo humano puede soportar más energía y producir más fuerza. Un boxeador típico debe golpear diario en promedio unos 200 o 300 golpes, tal vez mas, tal vez son miles. Sería interesante calcular cuanta energía acompaña cada uno de esos golpes y así promediar la cantidad de energía que produce un boxeador regular a lo largo de una carrera promedio de entre 10 y 20 años. Luego, sumamos toda la comida que consumió el boxeador durante todos esos años, y básicamente veremos que con algunos metros cúbicos de comida se puede producir una energía equivalente a la de una bomba gigantesca.
El cuerpo es un motor de una eficiencia sin comparación. El cerebro es una supercomputadora. Nuestros peores enemigos son la escasez de tiempo, la degradación celular.
— por Andrés Rozada Diego Fernández, 2012
publicado en Misterio y Seducción, Potencial